Las mujeres siempre estuvieron relegadas en el mundo
cultural y durante muchos años no firmaron con sus auténticos nombres obras
literarias, musicales o artísticas. María Lejárraga, una de nuestras más
profusas escritoras, permanentemente olvidada, se propuso no firmar nunca con
su auténtico nombre cuando recibió criticas de todos lados, incluida su propia
familia ,por la publicación de un libro de cuentos para niños, extendiendo su
condición de maestra. A finales del XIX, principios del XX, las mujeres tenían
que continuar siendo invisibles y muy en particular cuando se trataba de
cuestiones culturales.
Lo cuenta la realizada Laura Hojman en el documental ficcionado
“A las mujeres de España. María Lejárraga” que describe minuciosamente la vida
de la escritora y pionera del feminismo en España, nacida en San Millán de la
Cogolla, en la Rioja, en 1974 y fallecida noventa y nueve años después en
Buenos Aires.
Hojman, quien dirigió con anterioridad, “Antonio Machado,
los días azules”, pone el acento en la generosidad de Lejárraga quién firmo sus
obras bajo el nombre de su marido Gregorio Martínez Sierra, que fue un
personaje enormemente conocido y cuyas obras le llevaron a Hollywood donde
firmó numerosos guiones, cuando realmente era su mujer quién los escribía.
En el documental se pone énfasis en que era una situación
consentida , que María Lejárraga estaba de acuerdo en esa sociedad que formaba
con su marido , considerado un gran gestor cultural y un buen director de
escena pero que no escribió ni una sola línea de los libros, obras teatrales o
guiones cinematográficos que se le atribuyeron a él. Y no hablamos de cualquier
cosa porque “Canción de cuna”, tuvo hasta cinco versiones
cinematográficas o los libretos de “Noches en los jardines de España” o “El
amor brujo”, de Manuel Falla también deberían haber llevado la firma de María
Lejárraga.
En el documental se pone especial énfasis en la amistad que mantuvo
con Juan Ramón Jiménez o los músicos Joaquín Turina y Manuel de Falla. Cuenta
que el compositor gaditano algo celoso del buen trato con Turina le preguntó si
prefería su música a la de él, a lo que Lejárraga, siempre ingeniosa, con un
gran sentido del humor y simpatía, le contestó: “Su música es inquietante la de
Turina aquietante , las dos me acompañan por igual”.
Tras su separación de Gregorio Martínez Sierra en 1922, se
empeñó en apartar a las mujeres de los valores tradicionales que las mantenían
ignorante y dependientes. Creía que la educación era la manera de que las
mujeres tomasen conciencia de su condición y del papel que debían jugar en la
sociedad. Colaboró activamente con la República, donde llegó a ser diputada por
el Partido Socialista y abandonó su producción literaria hasta el exilio donde
ya firmaba con su auténtico nombre.
En el documental se recogen opiniones de diversas escritoras
como Rosa Montero o Vanessa Monfort y la actriz Cristina Domínguez interpreta a
María Lejárraga de quien también se dice que en los años cincuenta envió a
Disney su cuento “Merlín y Viviana” que contaba la historia de un perro que se
enamoraba de una gata. A los dos meses Disney se lo devolvió y cuatro años
después, en 1955 estrenaron “La dama y el vagabundo”, en que el único cambio
fue sustituir a la gata por una perra elegante. Tampoco los derechos de autor
recayeron en ella a pesar de que había un documento firmado con Gregorio
Martínez Sierra en que se declaraba que las obras eran compartidas y había
infinidad de cartas en que se confirmaba que las novelas eran obra de María. El
documental puede ayudar a reivindicar su nombre y quizá los honores que no tuvo
en vida reconociendo que los premios que obtuvo su marido, realmente, le
pertenecían a ella. Algo así, como una película que vimos hace tres o cuatro
años, “La buena esposa”, con una enorme Glenn Close quien había escrito todas
las novelas de su marido, galardonado con el premio Nobel. Aquello era una
ficción ¿pero cuanta verdad hay escondida? ¿Cuántas mujeres quedaron en el
anonimato de la creación por la sociedad paternalista que ha dominado la
historia?
PUBLICADO EN LA VOZ ( 25-4-22)
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