Thomas
Kruithof podría perfectamente ser jugador de baloncesto, un ala pívot
peleándose bajo los tableros en la Liga Europea pero ha elegido ponerse tras la
cámara. Me espera en un aula escondida del Instituto Francés en Madrid. Después de pasar los arcos
de seguridad recorro interminables pasillos hasta llegar al aula 108 donde
antes de entrar me saluda Thomas, con
camisa blanca, vaqueros y sus dos metros de altura. Debe ser treintañero lo que sí
se seguro es que es un amante
del cine clásico de espías y político.
Su opera prima "Testigo"
("La machine de l'ombre") es
un thriller político con claras referencias al cine norteamericano de los
setenta-ochenta (Coppola, Pakula, Pollack), incluso al buen cine francés de género
que se hizo aquellos años (Costa Gavras)
Ha confesado
en alguna ocasión que hay películas como
"La conversación", de
Coppola que ha visto innumerables veces y que siempre aprecia algo nuevo.
En
"Testigo", su
protagonista Duval, interpretado por
Francois Cluzet, es un hombre anodino y solitario que pasa por una crisis
económica y personal. Le ofrecen un extraño trabajo pero no pregunta. Tiene que
escuchar una serie de grabaciones ilegales y transcribirlas utilizando una
máquina de escribir...
Owen, el
traductor contratado por la
distribuidora Surtsey espera sentado en el interior, Nos saludamos y comenzamos
la entrevista. Me atrevo, porque hace mucho que no lo practico, con las
preguntas en francés...
Su película es un thriler
político pero también me interesa la fragilidad
del personaje, un cincuentón sin trabajo
y solitario.
- Sí, es la indefensión de un hombre que tiene que aceptar un trabajo
porque a su edad no va a encontrar otro.... Me
interesaba además que este hombre fuese aprendiendo a rebelarse, a no ser una marioneta. Duval llega
un momento en que empieza a desobedecer; a hacer preguntas y encontrar
su lugar dentro del puzle en el que se
ha ido introduciendo.
--Es
evidente en "Testigo" La influencia de los grandes cineastas norteamericanos de los setenta y
ochenta, incluso del buen cine francés de espías o de carácter político
-Adoro ese cine. No he ido a ninguna Escuela de Cinematografía
pero si he visto todo el cine posible de
aquellos años y por supuesto los libros
de John Le Carré, que también admiro. Especialmente en mi película hay influencias de Coppola y La Conversación .Hice
que todo el equipo la viera y que de
esta forma no tuviéramos las mismas
opciones estéticas.
--- Tecleando la máquina de escribir, Duval (Francois
Cluzet) escribe la letra Z...¿Hay un homenaje a la película de Costa Gavras?
Verdaderamente,
no soy quien para hacer un homenaje que además
no creo necesitan pero el personaje de Duval si tiene algo de Jean Louis Trintignant
en "Z"
--La película se sitúa en nuestros días pero
podría haber abarcado cualquier otra época...
Es una
película intemporal pero sobre todo no
quería que fuera un Paris reconocible, que el escenario donde se desarrolla la acción no fueran las calles y monumentos parisinos
que todos conocemos. Al mismo tiempo mi
historia tiene que ver con nuestros días, con la vigilancia y el control que
ejercen sobre nosotros. Las sospechas
sobre cualquiera de nosotros, los hilos de la política...Son preguntas que me formulo como
ciudadano y forzosamente tienen que
aparecer en esta película...
--- El personaje es un ciudadano cualquiera que
se ve metido en una trama política. En ese sentido encaja con un subgénero literario,
el llamado Domestic noire, que convierte en protagonistas a personas como tú o como yo, en lugar de
detectives o policías habituales del género negro...
---Efectivamente.
Se trata de una persona que es
introducida en una organización secreta. Es el eslabón más bajo de la trama y quería que se le pudiese identificar con esa
relación y al mismo tiempo, que la relación con sus superiores le resultara inicialmente reconfortante. Quería
que el personaje partiera de esa base y que paralelamente, el espectador, se fuera haciendo esas mismas preguntas sobre
la organización, que le den fuerza para afrontar la situación que vive. Me
gustan las películas de un solo hombre luchando contra el sistema
No hay un auge del cine negro como
ocurre con la literatura. Es un género que no tiene la fuerza de antaño...
Entre los
años cuarenta y ochenta del siglo pasado
hubo una tradición muy fuerte, ya no es igual...Lo que si existen son series de televisión de calidad y que cada vez cuentan con más seguidores. Los
jóvenes están redescubriendo el género. A mí como espectador me gustan esas
series norteamericanas, españolas o nórdicas, aunque si echo en falta esos thriler en el cine .
Nos despedimos. Le recuerdo una novela
francesa que acabo de leer "Recursos inhumanos" , de Pierre Lamaitre,
cuyo personaje central tiene mucho que ver con su Duval de "Testigo".
Me dice que tiene que leerla y me
pregunta por algunos thriler españoles recientes aparte de "Tarde para la
ira". Le comento que hay varios títulos y en particular dos de los
éxitos del año pasado "Que Dios nos perdone, de Rodrigo Sorogoyen o
"El hombre de las mil caras", de Alberto Rodríguez.
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