No suelo
hacerlo mucho en este blog pero en alguna ocasión me he acercado al fútbol, un
deporte que me ha apasionado durante toda mi vida. Sin embargo, en muy pocas
ocasiones, he hecho información deportiva porque, salvo contadas excepciones, Alfredo
Relaño es una de ellas, nunca me ha interesado la forma triunfalista o
sensacionalista de diarios, televisiones e incluso radios.
Lo mío hoy
va de recuerdos, de aquella primera vez que vi en televisión una final del Real
Madrid frente al Benfica de Portugal y que supuso la derrota de los blancos por
5 goles a 3. Era una Philips o una Telefunken, no recuerdo bien. Un aparato
enorme con una pantalla diminuta y por supuesto, en blanco y negro. Hacia unas
semanas que había llegado a mi casa y en
torno al televisor se congregaron amigos y familiares dispuestos a seguir
alimentando la leyenda del Madrid. Pero aquel Benfica de Eusebio era excepcional
y acabó ganando el partido. Recuerdo vagamente la decepción de los mayores porque
yo aun era un niño de 8 o 9 años y no seguí muy detenidamente el desarrollo del
partido. Creo acordarme que los tres goles del Madrid los marcó Puskas, que incluso
falló un penalty. Fue mi ídolo de la infancia, y su número, el 10 me acompañó
durante toda mi vida deportiva, en
los muchos años en que jugué al fútbol con amigos, compañeros de trabajo o en
cualquier otra ocasión que se terciara.
La de esta
noche es la decimoquinta ocasión en que Real Madrid alcanza la final de la competición
por excelencia: La Copa de Europa o la Liga de Campeones...Para mí casi siempre
han sido alegrías. Recuerdo también vagamente la derrota ante el Inter de Milán
(3-1) y sobre todo la victoria del Madrid ye-ye, en 1966, por dos a uno frente
al Partizán de Belgrado... Aquel partido si lo viví intensamente como bastantes
años después la peor final jugada por el Madrid frente al Liverpool (0-1), en un pésimo partido
de los García que sin embargo
tuvieron mucho mérito alcanzando la final bajo la dirección de Alfredo Di
Stefano que aquella temporada, de los ochenta, fue subcampeón en todas las
competiciones pero no alcanzó ni un solo título.
Pasaron más
de quince años hasta que el Madrid volvió a la final de su competición. Llegó la séptima Copa de Europa frente al rival de
esta noche la Juventus de Turín. La vi junto a mi hijo mayor y varios
compañeros de Radio en un pub del Zoco de Pozuelo. Fue una fiesta y por primera
y única vez acudí a la Cibeles a celebrarlo. Un
ratito porque aquello estaba hasta arriba aunque aquella noche fue de una alegría inmensa.
En las
victorias del Madrid siempre nos llamábamos mi padre y mi amigo Fede. Ninguno
de los dos están ya, pero siempre tengo un recuerdo después de cada partido
como si siguiese comentándolo con ellos.
El gol de
Raúl frente al Valencia , el de Zidane
ante el Bayern Leverkusen y otra vez a esperar unos años hasta que Ramos
empató en el último segundo contra el Atlético de Madrid y abrió paso a la
décima en la noche de Lisboa.
Las dos
finales contra el Atlético han sido titánicas. En la primera me pareció más que
justa la victoria del Madrid que había llevado todo el peso del partido, en la
segunda el Atlético pudo ganar si hubiese aprovechado su mejor juego durante la
segunda parte. Después la lotería de los penaltis decidió. Por cierto no vi la
serie. Me vine a mi cuarto para evitar ver los lanzamientos. No me gusta el
sistema aunque parece que es la única opción. Johan Cruyff propuso que se
redujera el número de jugadores por equipo en las prórrogas para facilitar que
hubiera más espacios y así favorecer las oportunidades para uno u otro equipo.
Seguramente serían unas prórrogas mucho más vistosas y menos dadas a especular
con la lotería de los penaltis.
Pero de
momento es lo que hay ...Hay a quienes nos gustaría disfrutar con el partido de esta
noche y eso sí ,con la esperanza de que un nuevo trofeo se vista de blanco ante todo un
campeón, encabezado por el mítico Buffon. Espero que haya fútbol del bueno y
que la Cibeles vuelva a ser una fiesta. Que sea un partido de película. Yo, seguro,
que lo veré en casa.
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