Se
cumplieron la mayoría de las predicciones .Los Goya no han sido muy diferentes
a los Feroz, Forqué o medallas del Círculo de Escritores Cinematográficos.
Juan Antonio
Bayona consiguió nueve premios para su película "Un monstruo viene a verme" .
Le vimos llorar en su butaca, junto
a su hermano gemelo,cada vez que uno de
sus colaboradores (fotografía, música, dirección artística...) subía a recoger
el galardón. Cuando fue su turno, mejor director,le vimos emocionado y satisfecho
de haber llevado a buen puerto su
película, la quinta producción española más taquillera de la historia.Su coste
fue de 25 millones de euros.
Más
baratita, solo dos millones, ha costado "Tarde para la ira", el debut en la dirección de Raúl Arévalo,
quién recibió el primer premio de la
noche llevándose el de mejor director novel. Cuando ya superábamos las tres
horas de ceremonia, Arévalo cerró el circulo, porque su película producida por
Beatriz Bodegas, que llegó a hipotecar su casa, fue elegida la mejor por los
académicos.
Han merecido
la pena los nueve años en que Arévalo ha acariciado el proyecto de este
thriller con la venganza como origen y fin de la historia. "Tarde para ira" consiguió además
el premio al mejor guión original y el de actor de reparto para Manolo Solo, que
tiene cinco minutos antológicos en la película.
Hace unos
días vimos a Emma Suarez recogiendo el Gaudí por su papel en "La próxima piel" y ya se especuló
con que podía también ganar el Goya como mejor actriz de reparto como así ha
sido. Emma está excelente en este peculiar thriller de Isaki Lacuesta e Isa
Campo que ha sido uno de los grandes olvidados de los Goya.
La actriz
madrileña volvió a subir al escenario treinta minutos después para recibir el Goya
a la mejor actriz por "Julieta",
un premio que parecía cantado después de los muchos galardones que ha recibido
hasta la fecha por su papel en el drama de Almodóvar.
Se lo entregó
el propio director manchego quién únicamente recibió este reconocimiento por su
película. Es la segunda vez que una
actriz recibe en la misma noche los dos galardones interpretativos. La anterior
fue en 1987 cuando Verónica Forqué recibió los Goya como actriz protagonista
("La vida alegre") y de
reparto ("Moros y Cristianos").
Desde que
consiguiera hace veinte años su primer Goya protagonista por "El perro del hortelano", Emma
volvió a ser nominada en otras tres ocasiones hasta que finalmente ha vuelto a
ser la triunfadora, demostrando lo buena actriz que es.
También es
uno de los grandes Roberto Álamo quién fue elegido el mejor actor protagonista
por el excelente thriller, "Que
Dios nos perdone", que consiguió este único galardón. Álamo, un actor
formado en el mundo del teatro, tiene ya
otro Goya como mejor actor de reparto ("La gran familia española")
La película de Sorogoyen ("Qué
Dios nos perdone")
ha sido una de las mejores del año como le ocurre a "El
hombre de las mil caras",
del sevillano Alberto Rodríguez que hace un par de años acaparó premios con "La
isla mínima" y
este año ha tenido que conformarse, lo que tampoco está mal, con el de mejor
guión adaptado y el que ha obtenido, Carlos Santos (actor revelación) por su
papel de Luis Roldán. La actriz revelación ha sido Anna Castillo, luchadora y
poética en "El Olivo" de Iciar Bollain, quién según todas las quinielas
tenía una dura competidora en Ruth Díaz ("Tarde para la ira") y quién finalmente no ha
podido obtener al preciado "cabezón", como popularmente se conoce al
busto de Goya.
La ceremonia
se alargó menos que en otras ocasiones, pero no hubo manera de bajar de las tres
horas. Dani Rovira hizo una presentación ingeniosa y con ritmo que, no bajó en
las otras intervenciones que tuvo durante la gala como la charla y el beso con
su amigo Karra Elejalde o la canción que le dedicó a Penélope Cruz. Ana Belén,
Goya de honor pronunció un discurso emotivo recordando su trayectoria y deseando
salud y trabajo para esta profesión que
no se merece tanto desprecio de nuestros gobernantes.
Durante la
gala se recordó que solo el 8 por ciento de los actores españoles pueden vivir
de su trabajo; se reivindicó igualdad de género en la profesión y se
recordó que las gentes del cine no viven de las subvenciones del estad, "por
contra, afirmó el vicepresidente de la Academia Mariano Barroso, la Administración ha ingresado 28 millones
de euros más de lo que ha gastado en el séptimo arte".
Barroso y la
presidenta de la Academia Yvonne Blake hicieron
un discurso a dos voces. El director fue crítico con los políticos y la Administración;
la directora de arte se mostró optimista y esperanzadora para el futuro.
Un futuro
que ya he empezado porque quedan aproximadamente cincuenta y dos semanas para
que volvamos asistir a una nueva ceremonia de los Goya. Eso sí que haya más y
mejor cine.
1 comentario:
Fueron tres horas muy agradables, ni demasiado divertidas ni aburridas. Correctas y a veces hasta elegantes ya que gracias a la nueva presidenta de la academia por fin los cineastas españoles han entendido que uno no va de vaqueros y bata de felpa a una fiesta. Porque si el cine español quiere ser CINE tiene que saber valorarse y eso empieza por dignificar y valorar su propia fiesta. Me gustan los vaqueros y la bata, pero en su lugar y momento. ¿Y las películas? Es una votación democrática y ya sabemos que para gustos los colores!!!
Echo en falta algo de crítica!!!!
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