2/05/2017

UN MONSTRUO VIENE A VERME, TARDE PARA LA IRA Y EMMA SUÁREZ LOS GRANDES TRIUNFADORES DE LOS GOYA. LA NOCHE MÁS HERMOSA DE NUESTRO CINE SIGUIÓ SIENDO DEMASIADO LARGA.





Se cumplieron la mayoría de las predicciones .Los Goya no han sido muy diferentes a los Feroz, Forqué o medallas del Círculo de Escritores Cinematográficos.
Juan Antonio Bayona consiguió nueve premios para su película "Un monstruo viene a verme" .
Le vimos llorar en su butaca, junto a su hermano gemelo,cada vez que uno de sus colaboradores (fotografía, música, dirección artística...) subía a recoger el galardón. Cuando fue su turno, mejor director,le vimos emocionado y satisfecho de  haber llevado a buen puerto su película, la quinta producción española más taquillera de la historia.Su coste fue de 25 millones de euros.
Más baratita, solo dos millones, ha costado "Tarde para la ira", el debut en la dirección de Raúl Arévalo, quién recibió el primer premio de  la noche llevándose el de mejor director novel. Cuando ya superábamos las tres horas de ceremonia, Arévalo cerró el circulo, porque su película producida por Beatriz Bodegas, que llegó a hipotecar su casa, fue elegida la mejor por los académicos.


Han merecido la pena los nueve años en que Arévalo ha acariciado el proyecto de este thriller con la venganza como origen y fin de la historia. "Tarde para ira" consiguió además el premio al mejor guión original y el de actor de reparto para Manolo Solo, que tiene cinco minutos antológicos en la película.
Hace unos días vimos a Emma Suarez recogiendo el Gaudí por su papel en "La próxima piel" y ya se especuló con que podía también ganar el Goya como mejor actriz de reparto como así ha sido. Emma está excelente en este peculiar thriller de Isaki Lacuesta e Isa Campo que ha sido uno de los grandes olvidados de los Goya.


La actriz madrileña volvió a subir al escenario treinta minutos después para recibir el Goya a la mejor actriz por "Julieta", un premio que parecía cantado después de los muchos galardones que ha recibido hasta la fecha por su papel en el drama de Almodóvar.
Se lo entregó el propio director manchego quién únicamente recibió este reconocimiento por su película.  Es la segunda vez que una actriz recibe en la misma noche los dos galardones interpretativos. La anterior fue en 1987 cuando Verónica Forqué recibió los Goya como actriz protagonista ("La vida alegre") y de reparto  ("Moros y Cristianos").
Desde que consiguiera hace veinte años su primer Goya protagonista por "El perro del hortelano", Emma volvió a ser nominada en otras tres ocasiones hasta que finalmente ha vuelto a ser la triunfadora, demostrando lo buena actriz que es.

También es uno de los grandes Roberto Álamo quién fue elegido el mejor actor protagonista por el excelente thriller, "Que Dios nos perdone", que consiguió este único galardón. Álamo, un actor formado  en el mundo del teatro, tiene ya otro Goya como mejor actor de reparto ("La gran familia española")
La película de Sorogoyen ("Qué Dios nos perdone") ha sido una de las mejores del año como le ocurre a "El hombre de las mil caras", del sevillano Alberto Rodríguez que hace un par de años acaparó premios con "La isla mínima" y este año ha tenido que conformarse, lo que tampoco está mal, con el de mejor guión adaptado y el que ha obtenido, Carlos Santos (actor revelación) por su papel de Luis Roldán. La actriz revelación ha sido Anna Castillo, luchadora y poética en "El Olivo" de Iciar Bollain, quién según todas las quinielas tenía una dura competidora en Ruth Díaz ("Tarde para la ira") y quién finalmente no ha podido obtener al preciado "cabezón", como popularmente se conoce al busto de Goya.


La ceremonia se alargó menos que en otras ocasiones, pero no hubo manera de bajar de las tres horas. Dani Rovira hizo una presentación ingeniosa y con ritmo que, no bajó en las otras intervenciones que tuvo durante la gala como la charla y el beso con su amigo Karra Elejalde o la canción que le dedicó a Penélope Cruz. Ana Belén, Goya de honor pronunció un discurso emotivo recordando su trayectoria y deseando salud y trabajo para esta profesión que no se merece tanto desprecio de nuestros gobernantes.
Durante la gala se recordó que solo el 8 por ciento de los actores españoles pueden vivir de su trabajo; se reivindicó igualdad de género en la profesión  y  se recordó que las gentes del cine no viven de las subvenciones del estad,  "por contra, afirmó el vicepresidente de la Academia Mariano Barroso, la Administración ha ingresado 28 millones de euros más de lo que ha gastado en el séptimo arte".
Barroso y la presidenta de la Academia  Yvonne Blake hicieron un discurso a dos voces. El director fue crítico con los políticos y la Administración; la directora de arte se mostró optimista y esperanzadora para el futuro.

Un futuro que ya he empezado porque quedan aproximadamente cincuenta y dos semanas para que volvamos asistir a una nueva ceremonia de los Goya. Eso sí que haya más y mejor cine.

1 comentario:

MI MUNDO dijo...

Fueron tres horas muy agradables, ni demasiado divertidas ni aburridas. Correctas y a veces hasta elegantes ya que gracias a la nueva presidenta de la academia por fin los cineastas españoles han entendido que uno no va de vaqueros y bata de felpa a una fiesta. Porque si el cine español quiere ser CINE tiene que saber valorarse y eso empieza por dignificar y valorar su propia fiesta. Me gustan los vaqueros y la bata, pero en su lugar y momento. ¿Y las películas? Es una votación democrática y ya sabemos que para gustos los colores!!!
Echo en falta algo de crítica!!!!