Huyes del calor del asfalto y te encuentras con el sonido de los petardos y los cohetes en la sierra de Madrid. Agosto es mes de veraneantes y los pueblos del interior celebran fiestas por doquier. No importa que la patrona sea la Virgen del Pilar o San Juan siempre se puede recurrir a otro miembro del santoral para alimentar lo festivo y potenciar el ruido.
En los pueblos, vayas donde vayas, tiovivos, coches de choque, rifas, tiro al blanco, baile con orquesta y toros. En eso no hemos cambiado, aunque en vez de tres corridas solo haya una y los encierros se conviertan en un santuario de la seguridad con el carnet de identidad en la boca. Lo de una sola corrida debe ser cosa del presupuesto de los ayuntamientos que se están apretando el cinturón aunque también es cierto, que en otras zonas, como Cataluña se lo han apretado de tal manera que en 2012 no habrá arena para las bestias, y los toros serán ya cosa de la otra España.
Andando por España llego a otra que está más allá de la otra. En Calanda, donde nació Buñuel, todos los agostos se le recuerda a través de un festival de cine. Es un homenaje al genial cineasta al que acuden un grupo despistado de periodistas o cineastas que poco saben de la playa o que quieren apoyar a Teruel (que también existe) y en particular a ese pueblecito de cuatro mil habitantes.
Calanda sin tambores. Hasta éstos descansan. La luna y las estrellas sobre el cine al aire libre donde se proyectan un total de 22 películas, un numero que es un guiño a la fecha de nacimiento del autor de 'Viridiana' que nació el 22 de febrero de 1900.
Las películas se ven en silencio junto al busto de Don Luis, que nos abre las puertas del Centro Buñuel de Calanda, que es un Museo que vale la pena conocer. Un museo imaginativo y participativo que nos permite recorrer con detalle la vida del cineasta, además de todas y cada una de sus películas.
Al frente de él y del festival está Javier Espada, un calandino, que es el artífice de que se nos olvide que en Calanda no hay playa.
Cineastas como Franco Taviani, Félix Sabroso, Rafael Gordon o Javier Rebollo; actores y actrices como Vladimir Cruz, Asunción Balaguer, María Jesús Hoyos y Mercedes Sampietro; o profesores como Juan Millares, quién también ha presentado un corto dirigido por él pasean por Calanda y ven cine, e incluso degustan frutos de la tierra como los melocotones y un excelente aceite que son junto a los tambores y por encima de todos, D. Luis, señas de identidad de un pueblo aragonés que hace honor a los sueños y al surrealismo convocando a quienes consideran que la imaginación está por encima de todo.
LA VOZ DE CADIZ
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