Pues ya está aquí. Una vez más el Dúo Dinámico resucita porque el final del verano se acerca a toda velocidad. Está a punto de acabarse la playita , las risas y la relajación para volver a la dura realidad. Y es más, espero que me crean, si el retorno se produce en las grandes ciudades donde el trabajo, si lo hay, no está a la vuelta de la esquina. Y hay que recorrer kilómetros y más kilómetros para llegar a casa o ir a trabajar en coche o en transporte público. La ventaja respecto a la primera opción es que no te rascas el bolsillo para la gasolina y tienes la posibilidad de leer, como ocurre ,cada vez, con más frecuencia.
Se ve a más de uno con un libro en la playa pero en el metro o en el autobús son muchos los que devoran páginas y páginas de libros que a veces cuesta sostener. En la playa Victoria, dónde estuve hace unos días, observé a una chica, algo rezagada, con los últimos tomos de Millennium, estaba acabando el segundo y se preparaba para devorar el tercero que tenía junto a su toalla rosa en la que había dejado también su sujetador.
Hay bikinis, tangas, y bañadores de todos los colores y también libros que leen los dos sexos, aunque es el femenino el que acumula más horas de lectura. Junto a Millennium que sigue siendo un antídoto para los rezagados, observo cómo algunos leen “El niño del pijama de rayas” ; otros novelas de clásicos rusos como Tolstoi o Dostoievsky o incluso verbenas que alguien ha escrito, antes se les llamaba negros, a indocumentados personajes que aparecen en televisión para regocijo de una creciente audiencia que, además de disfrutar con Belén Esteban, puede leer como se hizo a sí misma .
Hay lecturas y lecturas y deberíamos ser más selectivos y no alimentar pseudo-literatura. No creo que ningún personaje mediático del medio televisivo, mediático y al mismo tiempo tan efímero, merezca siquiera dos segundos de lectura.
En cambio, la novela negra, tan denostada por algunos puristas es el género que triunfa , y que se revuelca por la arena de las playas y por el césped de las piscinas. Y mientras que en España esperamos que se recupere a Vázquez Montalbán, García Pavón e incluso a Giménez Barlett o Juan Madrid, se lee a clásicos como Agatha Christie, Simenon o Dashiell Hammet…Ellos son los padres de todos los escritores de novela negra que han irrumpido con fuerza en el panorama literario europeo, empezando por los nórdicos, que nos han dicho que, como Teruel, también existen-.Hicieron su invierno y también han hecho el verano . Es difícil que alguno de ellos llegue a llamar la atención de su paisano Nobel, más bien serán ignorados por los sesudos académicos que buscarán un autor malayo o bielorruso, pero es innegable que en los últimos años han contribuido a que en España se siguen pasando y más páginas de crímenes que no se resuelven hasta el final
Tendremos más suecos, noruegos, finlandeses o daneses el próximo otoño ,seguro, pero si alguien quiere cambiar de registro , les aseguro que habrá más de uno que ya habrá reservado la nueva novela de Ken Follet, “La caída de los gigantes”, con la que el autor galés inicia una trilogía que tiene sus orígenes en la primera Guerra Mundial y la Revolución Rusa. De su anterior obra “Un mundo sin fin”, continuación de “Los pilares de la tierra” ,el libro de ficción más vendido en la historia de España, se pusieron en venta, el primer día 525.000 ejemplares. A más de veinte euros, multipliquen. Yo, con todos los respetos para Ken Follet, m e esperaré a la edición de bolsillo.
LA VOZ DE CADIZ
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