Los otros tres títulos
que comento esta semana están también dirigidos por mujeres. Desde Brasil,
Finlandia y Bulgaria tienen mucho que contarnos
TRES VERANOS”(94’)
es la última película de la directora brasileña Sandra Kogut, video artista
durante más de quince años y posteriormente documentalista. Su tercer
largometraje de ficción, tras “Campo grande”(2015)es un retrato alegórico de la situación socioeconómica
y política generada en los últimos años en Brasil. Corrupción de empresarios y
políticos, crisis económica las diferencias entre pobres y ricos nos plantean una situación no
muy alejada de la realidad actual.
El guion nos sitúa en un microcosmos, en un espacio deliberadamente acotado por la directora. Es una familia muy rica y en el mismo espacio los sirvientes que tiene a sus órdenes. Algunos críticos
la sitúan en la esfera de “Parásitos”, pero da la impresión que
cualquier película que muestre situaciones como las que planteo, va a
compararse o situarse en la estela de la película surcoreana.

La acción se desarrolla en tres veranos
brasileños, desde las navidades de 2015 a las de 2017 y prácticamente toda la narración trascurre en el interior de la gran finca. Una sencilla trama muestra la
desmembración de una familia de clase alta. De manera paralela se muestra
la reacción del personal doméstico de la mansión ante la situación creada por
la detención de su jefe. Un personal encabezado por Madá, el ama de llaves,
una mujer de unos cincuenta años que es respetada por sus compañeros y por el
abuelo, un nonagenario, que se queda en la casa después de que sus hijos y el
resto de la familia, sean detenidos o salgan huyendo. El abuelo representa el
hombre honesto, culto que entretiene su tiempo entre los libros y la música y
que se siente defraudado por la actitud de su hijo.
Los sirvientes se quedan en la casa
porque, entre otras cosas, no perciben sus salarios. Madá , interpretada por
una excelente Regina Casé, se pone al frente de la supervivencia. Junto, con el
abuelo busca soluciones para evitar la ruina económica , recurriendo al ingenio
y la creatividad.
El tercer título que destaco esta semana
es “Damas de hierro”(92’), segunda película dirigida por la actriz
finlandesa Pamela Tola quien construye una road movie, protagonizada por tres
hermanas septuagenarias. La directora de “Swingers”(2018) construye una
comedia negra en que narra como Inkeri, de 75 años, golpea a su marido con una
sartén y antes de llegar a enterrarlo en el jardín, decide huir para evitar
pasar en prisión el resto de su vida. Se lanza a un enloquecido viaje por
Finlandia con sus hermanas Sylvi y Raili, que no la desmerecen en edad.Es un viaje para los reencuentros, pero
también para bailar hasta caer agotadas, permitirse algunas noches locas o
recoger a los autoestopistas más atractivos. Van a seguir viviendo la vida con
tiempo para todo y algunas sorpresas que irán surgiendo a medida que avanza el
metraje.
No son una,
si no dos, las directoras que dirigen “Pequeños milagros en Peckham Street”.
Vesela
Kazakova y Mina Mileva, que estrenan su primera ficción. Se trata de una
comedia dramática ambientada en un bloque de pisos londinenses. Un filme que
sigue la estela del realismo social británico y que cuenta como Irina, una
madre soltera búlgara que vive en el Londres del Brexit , entra en
conflicto de sus vecinos por el proceso de rehabilitación urbanística y social
de su complejo de viviendas; la xenofobia y un gato. que complica su vida.
“Pequeños
milagros…mezcla el drama y la comedia y muestra la visión que un grupo de
inmigrantes tiene sobre el Reino Unido. Es una película que, como el cine de
Ken Loach, da voz a la clase obrera, aunque Irina y su hermano sean titulados universitarios, a los que no se reconocen sus carreras como suele ocurrir con muchas de las personas inmigrantes o refugiados que dejan sus países.
La pareja de realizadoras búlgaras consiguen darle gran autenticidad a la historia que relatan en pantalla, siempre con un toque de humor..