Es un tema manido, pero del que se hace eco con frecuencia la cinematografía de todo el mundo como es el cuidado de los mayores, consecuencia directa del envejecimiento de la población.
El problema de “Amalia en el otoño” es que no ha sido
capaz de ahondar en ninguno de los personajes, salvo quizá el que interpreta
María José Alfonso. La película tiene buenas intenciones, pero se queda en un
esbozo, en un intento, no sé si por el guion o el propio montaje. Su
resolución es muy precipitada.
La película iba a ser estrenada en noviembre de 2020 y su
rodaje coincidió con la pandemia como queda reflejado en alguna de las
secuencias, ya que Amalia decide continuar en el centro cuando el virus
comienza a hacer estragos entre la población y particularmente en los mayores.
“Amalia en el otoño” describe como casi una
octogenaria, María José Alfonso, ingresa en una residencia por empeño de su
hija que debe trasladarse a Suiza. Entra en la residencia sin oponer
resistencia y enseguida congenia con dos amigos, que son los picaros y
vividores ,de cualquier centro de mayores.
Los veteranos Máximo Valverde y Manuel Zarzo encarnan a esos
personajes que intentan vivir lo que les queda de vida de la mejor manera
posible y ambos junto a Amalia hacen alguna que otra escapada por las calles de
Madrid, ante la complicidad del director del centro.
Vemos entre los residentes a otros ilustres actores como Saturnino García o Jesús Guzmán y entre el personal de la residencia a Guillermo Montesinos, pero todos pasan como un suspiro.
En un filme coral, la pareja de directores y guionistas Anna
Utrech y Octavio Lasheras, abordan también algunas cuestiones sociales, pero
sin demasiada acritud como el egoísmo de los hijos, la soledad de los mayores o
la vida en las residencias. También hay hueco para el exmarido de
la hija de Amalia, la nieta y hasta la historia de amor que viven la cocinera de
la residencia y un repartidor. También hay lugar para la presencia de un acosador
que no solo pretende controlar a su mujer que trabaja en el centro, si no que intenta
flirtear con la joven que se ocupa de la peluquería.
Buenas intenciones, pero un resultado fallido quizá por el
bajo presupuesto o la situación vivida como consecuencia de la pandemia.
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