Llega un nuevo thriller francés, “Las apariencias”, en este
caso ambientado en Viena , en las esferas de la alta burguesía ,con personajes
de vida artificial y confortable.
Karin Viard es Eve la mujer de un famoso director de
orquesta ,Benjamin Biolay que trabaja en la ciudad de sus sueños y seguramente
en los de cualquier músico.
La relación entre ambos es fría pero correcta , mantienen
las apariencias en las reuniones con amigos, la mayor parte de la colonia
francesa en la capital austriaca y prolongan esa distancia incluso con su hijo
adoptado que parece un objeto más de la lujosa casa en que viven.
Las cosas comienzan a cambiar cuando Eve descubre que su
marido la engaña, que tienen una relación con otra mujer. Eve hace todo lo
posible para vengarse con tal de no perder su status porque por encima de todo solo
le interesa el prestigio y las apariencias.
Ni siquiera le interesa dejarse seducir por un chico
atractivo y mucho más joven que ella que irrumpe en su vida, una de esas noches
en que su marido le engaña asegurándole que tiene que viajar por motivos de
trabajo. Solo, insisto le afecta aquello que desestabilice su confortable vida
a la que no quiere renunciar bajo ningún concepto.
En “Las apariencias” todo es elegante y sofisticado. Los escenarios, los personajes, sus vestidos, sus conversaciones sin palabras malsonantes…Son protagonistas de un mundo feliz que, por una serie de circunstancias se irá tambaleando y en el que dirigir una prestigiosa orquesta en Viena o la biblioteca francesa en la capital austríaca, no son obstáculo para que la pareja protagonista baje a la tierra. Un filme dirigido Marc Fitoussi y del que apenas hemos visto nada en España, salvo “Luces de París” y “Copacabana”, que no puede obviar la influencia que ejerce en su película el cine de >Claude Chabrol y aquellos maravillosos thrillers relacionados con la alta burguesía francesa,
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