7/26/2022

YA,AHORA. MAÑANA YA NO SERÁ NOVEDAD

 


 

 

Vamos, vamos muy deprisa. Todo es efímero. Cuesta concentrarse porque nos bombardean desde todos los rincones. La tecnología es implacable y no te da tiempo para detenerte en tal o cual cosa. La que es nuevo hoy, mañana está obsoleto .

Está pasando lo mismo con la cultura, con los libros, con la música, con el teatro, con el cine, incluso con esas series que devoramos si no son ellas las que lo hacen con nosotros.

-¿Cuál era esa? ¿La del pederasta? …

- No hombre no…Era un abusador que no tenía nada que ver con los niños . La que tu dices es esa danesa que vimos.

-¿Cuál , la del bosque que comenzaba con una chica huyendo de algo que no sabíamos que era?

- Qué va esa es Pánico entre los árboles y es de ciencia-ficción . Además, era finlandesa.

- Bueno no me líes. Pon la que te de la gana y rápido porque mañana tengo que madrugar.

Antes el rápido era un polvo y entiendo que los mayores veamos series e incluso alguna película, de esas de noventa minutos o hasta de dos horas, qué tiempos, pero los jóvenes se han enganchado a las plataformas ,incluso a series interminables que anulan cualquier otro estímulo. Llegas a casa para sentarte con tu pareja frente al televisor , cada vez más grandes, aunque vivamos en cincuenta metros, y te dispones a ver historias interminables que olvidarás en pocos días. Antes veíamos las series de semana en semana ahora no las vemos si no está la temporada completa. Es decir, diez capítulos de 43 minutos, 430 minutos que si los vemos en fin de semana supone que estaremos más de siete horas frente al televisor en nuestros dos días de descanso. Y si se nos queda algo pendiente recurriremos al  móvil en el metro o el autobús, camino del trabajo.

No quiero decir que todas las series sean malas, pero sí que muchas se alargan innecesariamente porque llega un momento en que no tienen nada que contar. Son novedades que olvidaremos en pocas semanas como, por desgracia, está ocurriendo con las películas que llegan a las salas que desaparecen enseguida de las carteleras.

Algunos de los que estrenan han estado años preparando su película y cuando por fin consiguen llevarla a las salas se encuentran con muy pocos espectadores y como muy poco tiempo después su esfuerzo se diluye y cae en el olvido. Solo prevalecen las películas-serie o saga como Spiderman, Parque Jurásico o Thor que siguen atrayendo a miles de espectadores. Aquí en España el caso más similar es el Santiago Segura y su saga “Padre no hay más que uno”

Ocurre otro tanto con los libros. De alguno se habla a bombo y platillo, incluso se venden a buen ritmo, pero de la noche a la mañana desaparecen y lo que era una novedad cae en el más puro ostracismo.

Hay voracidad para consumirlo todo para que no se quede nada en el camino, pero nosotros mismos nos fagocitamos. La vida de los libros en las librerías donde se venden es cada vez más corta. Su presencia en las estanterías de novedades desaparece al mes siguiente. No damos opción y no entendemos que nunca podremos abarcarlo todo.

Además, para que queremos no perdernos nada si enseguida lo vamos a olvidar. En estos tiempos trepidantes, acelerados y nada reflexivos no estaría mal que nos aplicásemos aquella máxima de  Vísteme despacio que tengo prisa”. Quizá así seríamos capaces de asimilar esas avalanchas de información, en cualquiera de sus formas, que nos llegan implacablemente limitando nuestras actividades y la relación con nuestro entorno.

 

 

  

 

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