Este es un
año de centenarios y de recuerdos a los grandes maestros de la literatura como
Benito Pérez Galdós y Miguel Delibes. Un año con documentales como los
dedicados al propio Galdós, Antonio Machado y Miguel de Unamuno y a los que se
suman los de un personaje clave en la transición española como fue Francisco
Umbral.
Alberto
Ortega y Charlie Arnaiz codirigen “Anatomía de un dandy”(90’) en que minuciosamente ahondan en la
personalidad de Francisco Umbral tanto con testimonios de archivo, en la voz
del propio autor, como en las opiniones de muchos que le conocieron de cerca
como María España, su viuda, Juan Cruz, Pedro J. Ramírez, Raúl del Pozo, Manuel
Jabois, o el recientemente desaparecido David Gistau. Voces que describen sombras
y luces del escritor vallisoletano y lo hacen a través de los seis capítulos en
que han estructurado el documental los autores del mismo y que coinciden con
algunas de sus obras más relevantes : “La noche en que llegué al Café Gijón”,
“El hijo de Greta Garbo”, “Mortal y rosa”, “Diario de un esnob”, “Los
placeres y los días” y “Un ser de lejanías”.
El Umbral
que llegó de Valladolid a Madrid en autobús y se alojó en una pensión de la
calle de la Madera; siempre su máquina
Olivetti; el inicio de su amistad con Cela; el premio Nadal en 1976; su madre; su
hermano secreto, Leopoldo de Luis; el premio Cervantes en 2000 , su no entrada
en la Academia y sobre todo la muerte de su hijo Pintxo, de tan solo cinco años
que falleció consecuencia de una leucemia.
Francisco
Umbral, en realidad Francisco Alejandro Pérez Martín, un muchachito de Valladolid alto, rubio que
quería ser poeta ,que nunca pudo asimilar la muerte de su hijo y que dejó su
propio testamento:” No creáis nada de lo que diga y de lo que escriba. Soy un
farsante”
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