8/13/2020

CINE EN CASA: "LA ISLA DE LAS MENTIRAS"








“La isla de las mentiras”, me lleva inevitablemente a recordar “Los santos inocentes” porque nos sitúa en aquella España en que el cacique, campaba a sus anchas no solo por sus tierras sino convirtiendo a quiénes allí vivían, en sus siervos.

Hablamos de hace un siglo, 1921 y nos situamos en la isla de Sálvora ,en la bocana de la ría de Arosa, a tres kilómetros del continente. En la madrugada del 2 de enero de aquel año, el transatlántico Santa Isabel, que hacía la ruta entre Bilbao y Cádiz recogiendo emigrantes con rumbo a Montevideo y Buenos Aires, naufragó contra las rocas de la isla. Murieron 213 de las 266 personas a bordo.

Aquella tragedia es recuperada cinematográficamente por realizadora gallega Paula Cons que, en su tercera película, sigue mostrando especial interés en recuperar estos hechos olvidados o desconocidos por la mayoría de la población.

Si en “La isla de las mentiras”, Paula Cons, relata el hundimiento de lo que se llamó el “Titanic” gallego y disecciona cuestiones vinculadas a la sociedad de la época, el periodismo, la política, el aislamiento, la corrupción y el crimen ; en sus anteriores filmes “Lobos sucios”(2015) y el documental “La batalla desconocida”(2017) recupera un hecho casi desconocido durante la II Guerra Mundial. Las ayudas del régimen de Franco para que los nazis consiguieran extraer wolframio de las minas existentes en el norte de España. Una actividad que remitió cunado Estados Unidos amenazó con invadir España en 1944 si no cesaban las ayudas a los alemanes.






Pero, volviendo a “La isla de las mentiras”, Paula Cons utiliza el escaso presupuesto con el que contó para recordar aquella historia en que las tres heroínas salvaron a 53 personas en aquella larga noche, en que los hombres de Sálvora estaban lejos, faenando en el mar. Fueron las mujeres de la isla, las que atendieron a los náufragos y recogieron los cadáveres que devolvía el mar. Las tres heroínas fueron ensalzadas y mostradas como “muñecas de feria” pero, enseguida se las vilipendió y acusó de estar detrás de robar a las víctimas.



Esta vez, el periodista, interpretado por Darío Grandinetti, aparece como un personaje íntegro que, busca la verdad de lo que ocurrió. “Pueblo chico, infierno grande”, dice el periodista resumiendo con esa sentencia ese lugar claustrofóbico en el que habitan apenas setenta personas, pobres, analfabetos, que no salen de la isla y que como siervos deben cumplir las órdenes de un capataz violento y maltratador de su propia familia que, a su vez, está al servicio del marqués.


Una historia real, contada libremente, a la que no es ajena el crimen, las pasiones, el abuso o una cierta intriga que da al filme, de construcción sencilla, un empaque narrativo que hace no pierda el interés en ningún momento.

Junto al siempre eficaz Darío Grandinetti destacan las austeras interpretaciones de Nerea Barros y Victoria Teijero que dotan a sus personajes de gran verosimilitud y carácter. “La isla de las mentiras”(93’) no sólo recupera un hecho casi desconocido de nuestra historia si no que refleja una época muy oscura, con unos personajes inmersos en un mundo de miseria y suciedad que sobreviven en la mayor de las pobrezas

No puede verse en salas comerciales pero si en plataformas como FILMIN.

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