7/09/2014

APOCALIPSIS NOW.



Siete le cayeron. Los alemanes fueron rayos, los brasileños tímidas gotas de lluvia que nunca pudieron convertirse en tormenta. Se habla de “mineirazo” pero me quedo con maracanon porque el domingo no estarán en la gran final.
Nunca Brasil había recibido una derrota de tamaño calibre. Nunca ningún equipo había sido derrotado en una semifinal de los mundiales por goleada tan contundente. Todo estaba preparado para que la pentacampeona del Mundo llegase a la final de su Mundial, pero su camino no ha sido brillante, más bien todo lo contrario. Pudieron caer en octavos si Chile hubiese marcado en el último segundo en aquel balón que se estrelló en el larguero. En cuartos frente a Colombia desarrolló buen fútbol en la primera parte pero en la segunda se desinfló y  los cafeteros estuvieron muy cerca de remontar .Lo de ayer era la crónica de una muerte anunciada. Demasiadas veces contra las cuerdas .El huracán alemán las pasó por encima sin capacidad de reacción.

Siete a uno, se dice pronto. Lágrimas de los jugadores, de los aficionados, de la  torcida de un país desconsolado que no podrá disputar una nueva final  mientras los alemanes lucharán por su cuarto título frente al vencedor del Holanda-Argentina. Robben frente a Messi dos de los mejores jugadores del mundo. Los dos todavía por detrás de D. Alfredo Di Stéfano, grande entre los grandes, que ha dicho adiós cuando el Mundial se acerca al final. Seguramente no podía haber sido de otra forma, el balón, la pelota, la vieja como él la llamaba, ha estado presente hasta su último suspiro. Fútbol es fútbol y lo que es lo mismo,Di Stéfano  es Di Stéfano, la leyenda.

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