4/28/2014

NO HAY WIFI. PLATIQUEN ENTRE USTEDES


La frase la encontré en una pequeña taquería mexicana, próxima a la glorieta de Bilbao en Madrid.  Junto a excelentes tacos y guacamoles una frase que encierra un mundo porque cada vez nos interiorizamos más convirtiéndonos en cómplices o posiblemente esclavos de la tecnología.
Vas en el metro, en el autobús, por la calle, te sientas en una terraza y observas. No hay periódicos, no hay libros y si un teléfono móvil, una tablet y dedos en algunos casos frenéticos, en otros deslizándose suavemente por la pantalla, que se convierten en el único lenguaje.
No hay palabras y algunas aparecen escritas de cualquier manera en los whatsapp. Cada vez nos hacemos más solitarios, incluso las parejas, chatean cada uno por su lado, mientras la ciudad o las estaciones se van quedando atrás a la espera de llegar a destino.
En uno de estos días que nos hacen recordar  algo, el del libro. Vi  cierta animación en los puestos que colocan las grandes superficies comerciales o las librerías en la calle buscando atraer clientes.
Después se dice que se vendieron tropocientos mil libros; si es la fiesta del cine, los espectadores acuden masivamente, igual que si se trata del teatro…Es algo así  como una isla en el desierto…Por un día los  compradores se convierten en potenciales lectores o en espectadores que comparten magia de cine o teatro. Después, cuando salgan  volverán a conversar digitalmente.
Parecemos autómatas de esos que anunciaba la ciencia-ficción. Todo lo que adelanta el cine o la literatura se va cumpliendo. Vi, esta semana DIVERGENTE, una película que se estrena en unos días. Es una sociedad futura, en la que ha habido una guerra y los supervivientes se han establecido en cinco categorías diferentes de la que una vez dentro de cualquiera de ellas ya no puedes cambiar bajo ningún concepto. Cualquier modificación rompe el orden establecido. Los divergentes son los que no aceptan esas reglas por lo que deben  ser eliminados.
Pues como en “Fahrenheit  451”, “Un mundo feliz”, “1984” nadie creía que aquello sucedería y que todo salía de la imaginación  del autor. Ahora la imaginación parece dominada por la tecnología. Si platicamos, en lugar de engancharnos al teléfono o el ordenador, acabaremos siendo divergentes .Alguien se lo contará dentro de 50 años.


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