El Gran Gatsby es
Hollywood. Posee todos los medios posibles para que asistamos al estreno de una
gran superproducción. No se han escatimado esfuerzos y sobre todo dólares ( 127
millones ) para volver a llevar a la pantalla la novela de Scott Fitzgerald, en
la que brilla el dinero pero sobre todo una época que con el paso del tiempo observamos viva,creativa
y optimista.
Tenía mucho miedo a
Baz Luhrmann que se pierde por
los excesos, por la parafernalia, los efectos especiales y los sonidos
estridentes como me demostró en Romeo
y Julieta y Moulin Rouge …En eso no
me he equivocado pero, pese a ello, la esencia de la novela está en esta nueva
versión cinematográfica del director australiano.
Es como si hubiese dos películas en una. Las fiestas
resultan estridentes, artificiosas y vacías. Mucho colorido, fuegos
artificiales y música ruidosa en lugar de los sonidos del jazz que no han parecido
atraerle al cineasta. Esa película es la que se puede ver en 3D, con gafas al
uso y reclamo de adolescentes.
La otra película es la que se queda sin el envoltorio y
recupera la fuerza de los personajes, no todos, pero si el de Jay
Gatsby con un Leonardo DiCaprio que crece continuamente. Gatsby es la
historia de una pasión.
Son los años veinte, los felices años veinte previos al
crack del 29. Nueva York es una fiesta y Gatsby representa el éxito, el sueño
americano. Se reinventa continuamente a sí mismo sin un pasado al que agarrarse. Ha conseguido
todo pero le falta recuperar ese amor tan extremo y absoluto.
Nick Carraway( Toby Maguire), aspirante a escritor y personaje
creado para esta nueva versión de “El gran Gatsby” es el narrador de la
historia ,el celestino y árbitro de los amores entre Gatsby y Daisy. Quiere estar al margen pero
se siente irremisiblemente atraído por la personalidad de Gatsby.
“El gran Gatsby” describe el poder del dinero; la sensación
de que con él todo se puede comprar y
los dos o tres mundos que giran a su alrededor …
Los desheredados de
siempre, los habitantes del Valle de las Cenizas ; el joven triunfador que ha
borrado su pasado ; y los poderosos y
prepotentes representados por Tom Buchanam (Joel Edgerton),el marido
de Daisy que desprecia a Gatsby por sus orígenes inciertos . Es
aquello de “todavía hay clases” y ese
aspecto queda muy bien reflejado en la película de Baz Luhrmann que ha tomado
el relevo de la que protagonizaran Robert Redford y Mia Farrow en 1974 y de
otras versiones que nunca he visto como la de 1949 con Alan Ladd como Gatsby o
más atrás la versión muda que dirigió Herbert Brenon en 1926, tan solo un año
después de que Scott Fitzgerald publicara la novela.
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