He visto que algunos catalogan a “Los ilusos”,la
segunda película como realizador de Jonás Trueba, hijo de Fernando, como cine
experimental. No creo que haya que asustar tanto al personal. Si es
experimental es en la forma en que se ha
rodado, tan sólo veinte días, durante siete meses, casi siempre en media
jornada, que es la mitad de tiempo que se emplea en el rodaje de una película
normal. No ha sido un proyecto costoso, todo lo contrario y Jonás Trueba confía
en una forma de exhibición diferente, llevando la película de ciudad en ciudad,
con participación del público y utilizando otras herramientas como internet.
“Los ilusos” ,que tuve la ocasión de ver la semana pasada en la CINETECA, es cine
dentro del cine , seguramente porque Jonás no concibe la vida sin el cine o
viceversa. Ha mamado el cine desde que nació y
“Los ilusos” puede referirse tanto a quiénes se sienten absortos
con el séptimo arte como a todos los que de una u otra forma vivimos en esta
sociedad.
DE RODAJE POR MADRID |
Lo primero que tengo que decir es que “Los ilusos” me
recuerda en el tono a la “opera prima” que filmó Fernando Trueba en los
años 80. Es un fresco de los jóvenes del siglo XXI como aquella lo fue del XX.
Es como Opera Prima, una película rodada en Madrid, que se mueve por los
alrededores de la Filmoteca o se acerca a otros lugares de la capital como la
tienda de Jesús, en el Rastro, a la que todos hemos acudido en busca de la película perdida. Me gusta
especialmente el recorrido del protagonista (estupendo Francesco Carril) con
dos amigos, atravesando de lado a lado una solitaria Plaza Mayor. Esa quietud
de la Plaza en el amanecer, cuando el sueño acecha después de una noche de
farra, es la que nos trasmite el protagonista, director de una película de
relativo éxito que barrunta ideas en la cabeza pero que no encuentra la manera
de concretarlas ni el apoyo que precisa.
Vive el día a día con sus amigos, los ligues, los bares, sus libros y por
encima de todos el cine.
FRANCESCO CARRIL Y AURA GARRIDO |
Hay, ya he dicho, excelentes momentos en la película, con
diálogo llenos de agilidad, como el que mantienen el protagonista y su amigo en
el piso o la relación que establece con
la estudiante de periodismo (Aura Garrido) que le quiere entrevistar. Jonás
Trueba nos cuenta una historia de hoy , una historia que han llevado adelante
un grupo de “colegas”, que de alguna forma hace que no nos sintamos extraños y
que lleguemos a integrarnos como si fuéramos uno más . Es reflejo de una generación que, como se
dice en un momento de la película, piensa que, a diferencia de la juventud que
vivieron sus padres, las cosas no van a
ir a mejor sino a peor. Ese amor al cine que impregna cada fotograma
de la película le lleva a Jonás a anunciar su muerte , o cuanto menos la de ese cine que
estamos acostumbrados a ver y a venerar , que acaba en un contenedor , en forma
de VHS o pisoteado por unos niños que poco o
nada van a conocer de ese pasado.
“Los ilusos”, rodada en blanco y negro, desnuda
Madrid y a una generación . Pero también ilusiona a los que todavía seguimos
creyendo que todo en la vida es cine o que el cine es la vida.
Se verá
en la CINETECA,en el Matadero, a partir del 13 de abril.
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