3/17/2022

MI PELÍCULA DE LA SEMANA : EL ACONTECIMIENTO. (100’)

 

La realizadora francesa Audrey Diwan, autora también del guion junto a Marcia Romano denuncia en esta película los silencios que rodean al aborto y la situación que viven las mujeres en distintas partes del mundo, aunque la historia de este filme esté situada en Francia, durante los años sesenta.

Ganadora del León de Oro en la Mostra de Venecia, “El acontecimiento” cuenta la historia Anne (Anamaria Vartolomei) una joven y destacada estudiante que tiene como meta asistir a la universidad y acabar convirtiéndose en escritora. Cuando descubre que se ha quedado embarazada toma, desde un principio, la decisión de someterse a un aborto, pero en aquellos años en Francia estaba absolutamente prohibido y su práctica suponía penas de cárcel.

Anne, no dice nada a sus padres y trata de buscar una solución encontrando como respuesta el rechazo de unos y otros que no quieren implicarse. Basada en la novela homónima de la escritora francesa de origen libanés Annie Ernaux que cuenta de forma autobiográfica como debió someterse a un aborto ilegal, el personaje de Anne nos busca la simpatía, ni siquiera la comprensión, solo es una chica que intenta sobrevivir a la decisión más importante de su vi

El aborto es el tema central de esta película en que la directora no ha querido dejar de lado el tema del deseo y el sexo en una mujer joven que busca una cierta liberación el sentirse viva. Ayuda sobremanera la gran actuación de la joven actriz francorumana Anamaría Vartolomei que dota a su personaje de una fascinante presencia.

 Dura pero MUY BUENA película

 

3/15/2022

PÁGINAS SUELTAS (20) VIAJES DESDE LA BUTACA


 
La parte alta diferenciaba los vagones panorámicos(Yomundeo)

Recuerdo que en diciembre del noventa y tres viajé con mi amigo Rafa a Canadá, aprovechando unos días libres. Eran mis primeros vuelos transoceánicos y solo me animó que íbamos a recorrer gran parte del país en tren, en el llamado transcanadiense cuyo trayecto nos llevó, durante más de dos días, de Toronto a Vancouver, recorriendo más de cuatro mil kilómetros. Fue una gran experiencia atravesando un manto blanco porque prácticamente todo el trayecto estaba nevado. El vagón panorámico te permitía observar con detenimiento el movimiento del tren entre enormes bosques que revelaban la fuerza de la naturaleza alejada de los hombres que aparecían con cuentagotas a lo largo del trayecto. Sioux Lookout, Jasper, en las montañas Rocosas, Winnipeg, Edmonton fueron algunas de las localidades en que hicimos alguna breve parada para comprobar que no éramos los únicos humanos vivos que quedaban en la tierra y que, en el exterior, en las ciudades, había vida.

Aquel viaje, de alguna manera,  ya lo había hecho porque recordaba nítidamente una película, “Testigo accidental” que había visto un par de años antes y que se desarrollaba en el mismo tren. Era un thriller entretenido, no una gran película, pero en que sobresalía un actor que siempre hace notar su presencia en pantalla, Gene Hackman. Ese “dejá vu”  ha tenido presencia en mi vida y seguramente en las de todas las personas que han visitado una ciudad o un lugar, después de haber visto una película. Gracias al cine, a la imagen, somos inmortales. Es fascinante ver como se divertían o vestían los abuelos de nuestros abuelos, como viajaban o como eran las ciudades en que vivían. Eso siempre lo tendremos gracias a la imagen que no solo nos trae realidades, sino que nos permite soñar.  

Echando la vista a atrás creo que la primera vez que fui al cine fue en el ahora Nuevo Teatro Alcalá de Madrid y debía tener seis o siete años . No hace mucho escuché a un escritor que recordaba perfectamente la primera película que vio a los dos años. Pues yo no. Seguramente ese escritor habrá oído tantas veces a sus mayores contar la anécdota que la habrá hecho suya. Yo a mi hija mayor, Isabel,  le contaba que la primera película que vio fue “Bambi”, con dos o tres años y que quería darle palomitas,  al personaje de Disney . Los mayores somos la memoria de los más jóvenes.

Bueno, estábamos en el cine Alcalá, con mi madre y los dos hermanos que me siguen y teníamos frente nosotros esa enorme pantalla después de que el acomodador, al que se le daban una o dos pesetas, nos llevara a nuestras localidades. Enseguida se apagaron las luces y comenzaron los anuncios de tabaco, fajas o electrodomésticos. Hasta me gustaron. Era sesión doble. Mi madre debía estar un poco desesperada para tener que entretener a tres niños en vacaciones de Navidad. En casa éramos un torbellino. La primera película que vi en la sala oscura fue La mula Francis, aunque creo que no fue la que databa de 1950, debió ser una de las seis secuelas que se hicieron sobre aquella mula parlante con Donald O´Connor protagonista de todas ellas, salvo la que interpretó Mickey Rooney . La mula Francis fue una de las pioneras en este tipo de relatos, aparte de la animación y que ha dado títulos como Babe,  Narnia , Como perros y gatos o un largo etcétera. Supongo que nos gustaría y preguntaríamos a nuestra madre por qué la mula era capaz de hablar.

El programa doble se completaba con “Papaíto piernas largas” película que se me hizo inaguantable y que no he podido volver a ver completa. Duraba más de dos horas y Fred Astaire me agotaba con sus bailes y piruetas. Me ha parecido enormemente reiterativo, sus interpretaciones están todas cortadas por el mismo patrón.   

Digamos que en aquella primera sesión se dio la de cal y la de arena. Disfruté al cincuenta por ciento

LA CONQUISTA DEL OESTE

A finales de los cincuenta y primeros sesenta no nos perdíamos ninguna de las grandes superproducciones, películas que figuran en la memoria colectiva como “El día más largo”, “EL puente sobre el río Kwai”,  “La conquista del oeste” ,” Hatari”, “Ben-Hur”…western, filmes bélicos, de aventuras que me acercaron al cine gracias también a actores emblemáticos como John Wayne, William Holden, David Niven , Charlton Heston, James Stewart o Gregory Peck que con los años se convirtieron en asiduos de la sala de estar o de mis visitas a las salas. El cine me ha acompañado siempre y lo sigue haciendo, aunque, seguramente, ninguna película me impactara tanto como aquellas que veía en mi infancia y adolescencia con mis padres y hermanos, en los numerosos cines de las calles de Madrid o en los pueblos en que pasábamos nuestras vacaciones de verano. Cuesta ver las salas vacías, el cierre continuo o el empeño en que las plataformas y los televisores de gran tamaño se conviertan en los sustitutos de la sala oscura. Creo que nunca será lo mismo, que la magia de los cines tiene su impronta en la comunión de los espectadores capaces de imbuirse en las imágenes que surgen de la pantalla y que si nos dejamos llevar por la imaginación son capaces de bajar y entremezclarse con nosotros y nuestros sueños como rosas púrpuras de El Cairo.

3/11/2022

PÁGINAS SUELTAS (19) VIAJAR

 

 


No he sido un gran viajero más bien poco y a ser posible, en tren. Ya he descrito en estas páginas mi fobia a los aeropuertos y por ende a los aviones que siempre he tratado de evitar. No obstante, he viajado a cinco países de América y algunas de las principales capitales europeas y por trabajo o vacaciones me he movido prácticamente por toda la geografía española. Lo que no he tenido es esa necesidad de acumular sellos en mi pasaporte y visitar lugares por unos pocos días. A pesar de todo, si hay ciudades que me han parecido maravillosas ,que ha merecido la pena conocer y de las que he sentido añoranza  solo  con dejarlas atrás.
El gran Buenos Aires (foto tripdivisor)

Me sorprendió Buenos Aires con sus grandes avenidas, el contraste con sus barrios recogidos, alejados de los grandes edificios , la variedad de teatros, lugares de espectáculos, restaurantes o librerías en las que no sabes por dónde empezar y menos terminar. Es una ciudad grandiosa que te lleva de Recoleta a la Boca; de San Telmo a Puerto Madero o de Palermo a Liniers. Pasé ocho días y me hubiese gustado regresar como a París, siempre París, una ciudad que te seduce nada más pisarla, nada más visitar sus parques o admirar sus museos y monumentos que haces tuyos y familiares porque los conoces desde que tienes uso de razón. Por eso el incendio de Notre Dâme fue como si se nos estuviese quemando nuestra propia casa porque siempre ha estado con nosotros ,su imagen nos ha acompañado en el trascurso de nuestras vidas.


M. Mastroianni y A.Ekberg en la DOLCE VITA



Lo mismo me ocurrió con Roma cuando llegué por primera vez. La literatura y sobre todo el cine me había mostrado gran parte de sus rincones que sentía familiares como si hubiese estado allí en otra vida. Pero en aquel primer viaje nos alojamos en un lugar sorprendente, incrustado en El Vaticano.

En aquel hotel, seguramente, se escuchaban los pasos del Papa y de todos los Papas. Las estatuas del Vaticano casi se adentraban en nuestra ventana. Fue la entonces corresponsal de TVE, Paloma Gómez Borrero, la queme recomendó la residencia.

El edificio en que nos alojamos tenía como seña de identidad la mejor terraza de Roma. El Hotel-residencia Paulo VI a principios de este siglo, era un lugar poco conocido por los taxistas romanos . Desde la Estación Termini, donde llegamos procedentes del aeropuerto Leonardo da Vinci, el taxista dio varias vueltas hasta encontrar el hotel que buscábamos.

Estaba situado a veinte metros de la plaza de San Pedro. La placa que indicaba que en el interior del edificio había un hotel no era muy visible. En el primer piso residía el cónsul de un país suramericano. La tercera y cuarta plantas estaban reservadas para la que iba a ser nuestra residencia para los cuatro o cinco días que íbamos a estar en la ciudad.
Recepción Paolo VI

Subimos mi mujer y yo, en un ascensor que chirriaba. Tenía muchos años encima, alguno menos que el Vaticano. Al abrir la puerta cambió el decorado. El hall al que accedimos olía a nuevo. Paredes blancas, muchas flores y al fondo un habitáculo donde se encontraba el recepcionista y junto a él un empleado ataviado como los mejores mayordomos de las películas cómicas. De fondo se escuchaba música clásica. No se oían más sonidos.

Las habitaciones, con algunas modificaciones


La habitación no era demasiado grande, pero si suficiente. Una cama amplia, una silla junto a una mesa, un sillón y un televisor que se apoyaba sobre un minibar. Desde la ventana se percibía la misma serenidad y paz que habíamos percibido cuando llegamos a la recepción. Se veía pasear, en una terraza próxima, a un grupo de religiosos ajenos a las numerosas personas que ocupaban la Plaza de San Pedro que imponía, por todo el peso histórico que representaba. Dejamos nuestras cosas y nos dispusimos a patear la ciudad, pero antes de salir quisimos ver esa terraza de la que tanto nos habían hablado, la mejor terraza de Roma.
Piazza Navona (gertyourguide)

No fue posible porque esa noche el propietario del hotel daba una fiesta a una serie de personalidades y los empleados estaban preparándola para acoger a los invitados. Salimos a la calle. El lugar donde se encontraba el hotel era un lugar privilegiado. No solo estábamos en la plaza de San Pedro sino que andando a buen ritmo, teníamos todo el centro de Roma a dos pasos. El castillo de Sant Angelo ; la plaza Navona ; la de España, la Fontana o el barrio del Trastevere con todo el olor y el sabor mediterráneo, con las pizzas rondando por las calles junto a enormes platos de pasta que deglutían familias enteras, ruidosas, bulliciosas, alegres y ajenas a lo que ocurría en rededor. El Trastévere es la Roma que me trasmitió  el cine.


Aquella primera noche ,de regreso al hotel, mi obsesión era descubrir esa terraza mágica de la que me habían hablado. Los primeros invitados ya estaban abandonando la fiesta. Al fondo una luz dejaba al desnudo las jardineras de geranios y algunos hombres y mujeres cuidadosa y elegantemente vestidos sostenían sus copas, dando pequeños sorbos.  Volvió a llamarme la atención el tono quedo de las conversaciones , Se acercó un hombre alto que pensé que iba a recordarnos que se trataba de una fiesta privada, pero ocurrió todo lo contrario. Se presentó como el propietario del hotel y nos comentó que era una fiesta con algunos diplomáticos acreditados en Roma a los que estaba enseñando el hotel, inaugurado tan solo unas semanas antes y que podíamos acomodarnos, si nos parecía oportuno, en una zona reservada para los clientes.

Habían colocado una celosía que separaba, en dos, la terraza. Una para la fiesta, la otra para los clientes que, en aquel momento estaba vacía.  Nos sentamos y fue entonces cuando comprendimos el silencio. Las estatuas de el Vaticano nos observaban a muy pocos metros. Tan próximas que casi podíamos tocarlas. Mientras nos tomábamos los gin-tonics que nos había servido otro camarero vestido de mayordomo, descubrimos que ya no quedaba nadie a uno ni a otro lado de la terraza porque los invitados ya se habían marchado. Solo la resonancia de los hielos golpeando quedamente el cristal de nuestras copas perturbaba el silencio. Poniendo atención se oían pasos que no existían y te imaginabas a todos los Papas hablándoles a ese silencio teñido por la luna romana . Visitamos la terraza todas las noches que estuvimos y desayunamos en la primavera romana al son de cantos gregorianos, rodeados de prebostes eclesiásticos que habían hecho bueno aquel dicho popular que hablaba de lo bien que vivían los curas. Roma fue aquella terraza mágica, la mejor terraza de la Ciudad Eterna . No nos quedó ninguna duda.

3/10/2022

ESTRENOS 11-3-2022

 


SLALOM (102’)

La debutante directora francesa Charlène Favier firma esta película que aparentemente va a contarnos la historia de superación de una adolescente que quiere triunfar en el esquí y pronto nos encontramos con el abuso a menores dentro del mundo del deporte.

 Liz (Noée Abita) es una chica de 15 años que es aceptada en una de las escuelas más prestigiosas de esquí en los Alpes franceses donde es sometida a durísimos entrenamientos. Está sola porque tiene que estar alejada de su madre y Fred(Jerome Renier) un ex campeón se da cuenta de su potencial y decide ayudarla para que llegue a lo más alto del pódium. Liz vive en una nube, inmersa en su actividad deportiva, y no es consciente de su fragilidad e inocencia en un mundo en que determinados adultos son capaces de abusar de ella porque no encuentra la manera de oponerse a las presiones que recibe.

INTERESANTE

 

 EL ENGAÑO (92’)

El madrileño Luis Prieto (“Secuestrado”)  dirige este thriller con sello estadounidense en que Chris(Cameron Monagah) recién separado se ha mudado a Montana a una mansión en la montaña. No trabaja porque le han pagado una desorbitante suma de dinero por un programa informático, creado por él .  En un centro comercial conoce a una joven de gran belleza, Sky (Lilly Krug) por la que se siente irremediablemente atraído. Pronto la invita a su casa ante las dificultades que tiene para pagar el alquiler a su casero (John Malkovich) y las cada vez más acentuadas diferencias con su compañera de piso.

Chris y Sky comienzan una apasionada relación, pero detrás de la joven angelical se esconde una estafadora sin escrúpulos que cuenta con el apoyo de otro personaje extremadamente violento y que interpreta Frank Gallo.

Hitchcock o títulos como Misery, La habitación del pánico, Funni Games  e incluso La Naranja Mecánica, recurriendo a la música clásica en los momentos más violentos  , están detrás de este “Engaño que no renuncia al sexo y los desnudos, poco habituales en el cine de Hollywood. David Loughery (“Pasajero 57) firma el guion de este filme inquietante y en momentos claustrofóbico con personajes atrapados en un lugar cerrado.

ENTRETENIDA


MALNAZIDOS (101’)

No he visto esta cinta dirigida al alimón por Javier Ruiz Caldera y Alberto del Toro , su montador habitual. Especializado en comedias como “Tres bodas de más” o filmes con personajes nacidos del comic como “Anacleto” o “Super López” , Ruiz Caldera no renuncia por completo al género y construye un explosivo cóctel con zombis, acción y también humor ambientado en la Guerra Civil Española

Un capitán de las tropas nacionales(Mike Esparbé) es hecho prisionero por el bando republicano, con Aura Garrido, la “Matacuras”, al frente de la brigada que le apresa. Pero pronto nacionales y republicanos se unen para hacer frente a los muertos que comienzan a revivir y a atacar indiscriminadamente a cualquiera que se les ponga por delante.

El reparto cuenta también con Maria Botto, Alvaro Cervantes, Luis Callejo, Manel Llunel y Dafnis Balduz, entre otros.

Debería haberse visto en 2020 pero la pandemia ha retrasado su estreno.

MI PELÍCULA DE LA SEMANA :LA PEOR PERSONA DEL MUNDO (128’)

 


Del director de origen danés Joachim Trier , vimos hace un par de años el drama sobrenatural “Thelma” y  ahora tenemos ocasión de ver esta comedia antirromántica que se ha convertido en una de las sensaciones de la temporada porque ha conseguido premios en Cannes, Sevilla y Valladolid, además de ser nominada  al oscar de mejor película extranjera y guion original escrito por el propio director y su colaborador  Eskil Vogt.

Julie, una excepcional Renate Reinsve, está en plena crisis existencial. Va a cumplir 30 años y está hecha un lío con su vida, empezando con la relación con su pareja Axsel (Anders Danielsen Lie) un novelista gráfico bastante mayor que ella que ansía formar una familia y tener hijos, algo a lo que Julie no parece muy dispuesta.Cuando conoce a otro hombre (Herbetr Nordrum) , en una fiesta en la que se cuela, Julie refuerza sus dudas al sentirse atraída por él.

Joachim Trier, quién con “La peor persona del mundo”, cierra su trilogía sobre Oslo iniciada en 2006 con Reprise y continuada con Oslo,31 de agosto(2011), nos acerca a un personaje que entiende la duda como un aprendizaje. Trier pretende que el espectador comprenda mejor a Julie por sus fallos y sus caprichos que por sus aciertos.

Conocemos a Julie en 12 capítulos , un prólogo y un epílogo a lo largo de cuatro años. Trier ahonda en la personalidad psicológica de su personaje al que dota de calidez y humanidad, sin renunciar a un cierto humor. Tiene una única constante: su inconsistencia, pero es tan caótica como fuerte. Tanto él como el otro guionista tuvieron en mente cuando comenzaron a escribir el clásico de George Cukor,”Historias de Filadelfia”.

NO OS VA A DECEPCIONAR y a ello contribuye y mucho el magnetismo de la actriz protagonista, Renate Reinsve

3/05/2022

PÁGINAS SUELTAS (18). IN THE ROAD

 

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A todos nos gustaba “In the road” la novela de Jack Kerouac. Era uno de los referentes literarios de mi generación, aunque los textos se hubiesen escrito algunas décadas antes. De la noche a la mañana decidimos emular, muy modestamente, el viaje de Sal Paradise recorriendo Estados Unidos de costa a costa. Lo nuestro era mucho más humilde. Viajar de Madrid a Ginebra.

La cosa surgió después de que se fuese al traste un descabellado proyecto por el que pensábamos recorrer el Sahara . Otros tres compañeros de la facultad y yo visitamos concesionarios de coches. grupos editoriales, cadenas de supermercados para conseguir patrocinadores. Necesitábamos algo más de medio millón de pesetas(3000 euros) para embarcarnos en aquella aventura que tenía pocos visos de salir adelante como así sucedió y eso que poco a poco conseguimos apoyos, entre ellos el de Juan Tomás de Salas , uno de los fundadores de Cambio 16, revista clave en la transición, que había visto la luz en 1971. De los cuatro “aventureros” solo dos tenían carnet de conducir. Los otros dos no habíamos conducido en nuestra vida y aquella aventura por el desierto necesitaba de mayor experiencia de la que teníamos. Además, en plenas negociaciones Antonio nos dijo que abandonaba y que se iba a Pulpí, en Almería a recoger tomate y Juanga , viendo cómo iba deshinchándose el proyecto, se embarcó en un viaje en tren por Europa. Ni José Manuel ni yo contábamos con suficiente dinero para viajar en tren y en Pulpí no quedaban plazas, por lo que decidimos recurrir al dedo o sea autostop, con la intención de llegar hasta Ginebra porque durante el verano había posibilidad de conseguir algún trabajo como camareros o en una fábrica no recuerdo exactamente de qué.

 

Postal Avda de América(Todo colección)

El viaje comenzó en la avenida de América, camino de Barcelona que era nuestra primera parada. Salimos a primera hora de la mañana. Todavía no sabía que prácticamente toda mi vida, desde que me casé, iba a vivir en esa zona

 Los ayuntamientos o algún monumento representativo eran nuestro lugar de encuentro. Debíamos esperarnos el uno al otro , no importaba el tiempo. En aquel viaje echamos de menos los móviles si hubiésemos sabido que iban a existir.  Hoy hay móviles pero mejores carreteras. Por eso no hay autostop. Nadie puede detenerse en mitad de una autovía.

Era complicado que te recogieran, pero mucho más complicado que nos llevaran a los dos. Nos separamos.

A mí me acogió un matrimonio aragonés de mediana edad con una niña de unos seis o siete años. Me pasé todo el viaje pendiente de que no me vomitara encima. Pedía a su padre que se detuviera, pero este no atendía a razones. “No paramos hasta Calatayud”. Y fue parar y la niña vomitó.  Seguimos hasta Zaragoza ya sin vómitos y con una conversación intrascendente.

El Pilar (Todo colección)
Jose me esperaba en el Pilar. Había llegado veinte minutos antes. El viajó con un comercial que regresaba a casa después de un par de días en Madrid. No llevaba una niña al lado.

Dimos un paseo rápido por el centro, con nuestras mochilas, tomamos unos bocadillos y enseguida otra vez, a la carretera. Nos recogió una furgoneta a los dos que nos trasladó hasta Fraga. Entramos en una gasolinera y allí un señor mayor, oyendo nuestras conversaciones, se ofreció a llevarnos hasta Lérida. Había menos de 40 kilómetros, pero se nos hicieron una eternidad. Conducía muy lento, con su cabeza casi incrustada en el cristal y luces largas que encontraban respuesta continua de los vehículos que venían de frente. No veía nada

En esa corta distancia hubo dos o tres sustos considerables. Uno fue un adelantamiento cuando venía otro coche de frente. Debió ser por el arcén el que nos permitió que todavía estemos por aquí. El señor trajeado, ni se inmutaba. Era un viejo abogado, ya jubilado, que vivía en el centro de la ciudad. Nos recomendó una pensión, pero cuando vimos los precios y viendo que era una buena noche nos buscamos un lugar para dormir al raso, con unas capas militares que habíamos comprado en el Rastro y utilizando las mochilas como almohada.

Nos lavamos por encima en los servicios de la estación de tren y volvimos a la carretera. Coincidimos con otro compañero de la Facultad que nos dijo iba camino de Niza. Se unió a nosotros. Yo llevaba poco más de 2000 pesetas(12 euros) y Jose 3000. Habíamos hecho un fondo común y el objetivo era aguantar hasta Ginebra.

La ida inicial era haber llegado la primera noche a Barcelona, pero no fue posible. El segundo día fue interminable. Nadie te recogía y si lo hacían era para desplazarte una decena de kilómetros. Hubo una mujer que rondaba los cuarenta, maestra, que me invitó a su pueblo donde pasaba las vacaciones. Le dije que no era posible porque estaba citado con mis compañeros en Barcelona . Antes de desviarse me invitó a un café en un bar de carretera. A Jose le recordaría lo fiel y formal que había sido.

Foto de Barcelona Turismo

Alguien me recogió y me dejó no muy lejos de la plaza de Sant Jaume donde estaba el ayuntamiento.  Jose y Roberto acababan de llegar. El último tramo lo habían hecho juntos. Antes de darnos un paseo por la ciudad y de buscar un lugar donde dormir, tomamos un fastuoso bocadillo de butifarra en un bar de la misma plaza, creo que ahora se llama “Frankfurt Sant Jaume” y al que he peregrinado toda mi vida siempre que he viajado a Barcelona. Pan caliente, la butifarra en su punto justo y una mostaza casera que nos obligó a repetir.

Con el estómago lleno nos pateamos la ciudad y acabamos en pleno barrio chino donde en una destartalada pensión nos dejaron una habitación para los tres por 100 pesetas. La dueña era una mujer gorda, de aspecto descuidado, que alquilaba las otras habitaciones a prostitutas y los clientes que no tenían miedo a las enfermedades y a la falta de higiene que había en el local. El retrete estaba al final del pasillo. En la habitación un grifo y una palangana descascarillada. Solo había dos camas, una de matrimonio. Nos lo jugamos a los chinos. Me tocó con Roberto quién buscaba algo más que dormir. Al fracasar en sus intentos, al día siguiente, dejó de viajar con nosotros. Fue un corto encuentro.

Convencí a Jose para que hiciésemos una última parada en Blanes, donde vivía o eso creía yo, un hermano de mi abuelo materno, Juan que fue médico en esta localidad de la Costa Brava. Estaba convencido de que por fin íbamos a comer caliente. Nos acercamos a la dirección que teníamos y preguntamos por aquí y por allá. No le conocían. Fuimos a una iglesia que había por la zona y el cura nos comentó que le conocía muy bien y que hacía dos años que se había jubilado. Había vuelto a Andalucía, a Siles, de donde era originario. En mi caso premio a la desinformación y lo que es peor, tampoco íbamos a comer caliente.

Estacionm de Blanes (wikipedia)

Pasamos la tarde en la playa y con pocas ganas de volver a la carretera. El fondo común, la vaca también la llamábamos, estaba bajando y nos quedaban más de setecientos kilómetros hasta llegar a Ginebra. Aquella noche no hubo pensión y dormimos en los bancos de madera de la estación de tren. Nadie nos despertó. Solo nuestras espaldas se quejaron cuando llegaron los primeros viajeros para los trenes de la mañana. No es recomendable pasar la noche en un banco. Nos pusimos en marcha y llegamos a Gerona a la hora de comer, es un decir, porque comer, lo que se dice comer más bien poco.

El calor apretaba de lleno. El sol mediterráneo ocultaba la sombra. Gerona me pareció una ciudad fantasma. No había un alma en la calle. Entramos por la zona industrial y estuvimos un buen rato caminando hasta que hallamos atisbos de vida. Otro bocadillo para salir del paso y destino la frontera.  Recuerdo vagamente Cadaqués y Figueras antes de pasar al otro lado. Inauguré mi pasaporte y no sabía que pronto me lo quitarían. Pensábamos que a partir de ahí iba a ser coser y cantar que, en Francia nos recogerían pronto pero no había manera. La persona que nos llevó hasta Perpignan nos dijo que había una campaña contra los autostopistas porque hacía pocos días que dos chicas habían matado a un conductor que, al parecer, había intentado abusar de ellas.

No había sitio en el albergue y acabamos durmiendo en el prado que estaba junto al edificio en las afueras de la ciudad. A las tres de la mañana la policía llegó para echarnos. No dejaban que durmiéramos al raso. Los treinta o cuarenta que estábamos allí tuvimos que dispersarnos, pero cuando vimos que se alejaban volvimos para continuar durmiendo.

Habíamos comprado salchichón en un supermercado. El problema fue que lo embadurnamos de mostaza picante porque yo me había equivocado al coger el bote de mayonesa. Cogí el más barato del estante y era de moutarde en lugar de maionese. Problemas de estar pendiente del céntimo.

Durante buena parte de la mañana hicimos autostop, pero nadie se detuvo. Cansados, caminamos hasta la playa de Canet, la más próxima a la ciudad. Con nuestros meybas nos sentíamos como López Vázquez en medio de una playa llena de cuerpos esculturales y los primeros top-less que veíamos en nuestra vida. Era el verano del 72  y pocos kilómetros de nuestro país se respiraba y vivía de otra manera.

Nos bañamos en el mar , pero echaba de menos una ducha caliente, desde que habíamos salido de Madrid nos lavábamos como podíamos . Conseguimos plaza en el albergue.  Me fui al cine a ver “Jesucristo super-star” pero en agosto no había entradas. Acabé en una sala próxima viendo una película erótica, no porno, bastante mala, pero con imágenes que nos estaban vedadas todavía, en aquella España tan casposa.  Jose se quedó con el fondo común porque en principio no iba a salir del albergue.

Cuando regresé no estaba. Era tarde. Hacia las doce los perros ladraron desaforadamente. Oí a Jose hablar con el encargado, pero no le dejó pasar. A la mañana siguiente entró a tomar el desayuno que ya habíamos pagado. Se lo había jugado en el casino. Me dijo que empezó muy bien y se animó. Al final perdió todo. Nuestro capital se reducía a unos pocos francos y a unas trescientas pesetas que había guardado para nuestro regreso a España. Hicimos otro intento en la carretera. Nadie se detuvo.

Una pareja española se vino con nosotros a la playa. Compramos una barra de pan y la acompañamos de la mostaza de Dijon que nos quedaba. Ellos tenían un poco de queso. No teníamos dinero para dormir en el albergue y volvimos al prado. Jose se fue de madrugada a descargar unos camiones y recuperar así algo de lo perdido. Pude colarme en el albergue y me pegué otra ducha. Cuando Jose volvió agotado yo le dije que no teníamos muchas posibilidades de llegar a Ginebra. habíamos pasado tres días en Perpignan, sin hacer ni un kilómetro, ni siquiera para ir a la playa porque nadie se detenía para recogernos. Además, nos arriesgábamos a intentar llegar a Ginebra y que no encontráramos trabajo.  Tampoco podíamos volver a Madrid porque nuestros padres estaban de vacaciones.


Noja: años setenta (Todo colección)

Nos dirigimos hacia Cantabria, concretamente a Noja donde pasaban las vacaciones  mis padres y hermanos . En Barcelona dormimos en un hotel con baño propio con los francos que Jose había conseguido descargando camiones. Desayunamos a conciencia y tuvimos la suerte que en el hotel se les olvidara incluirnos el desayuno en la factura. No se lo recordamos y seguimos con nuestro dedo camino de Bilbao, con las paradas lógicas de cambio de vehículos y esperas un poco más cortas. Recuerdo Bilbao como una ciudad sucia , vieja y agobiante por la proximidad de los hornos y otras fábricas de su zona industrial. Nada que ver con la ciudad que es en la actualidad y que se ha convertido en uno de los lugares que más me gusta visitar. Aquel fugaz paso por Bilbao me dejó un mal sabor de boca en todos los sentidos. Entramos en un bar repleto de pinchos y solo nos dio para un pepinillo relleno y un zurito cada uno.

Para rematar el viaje nos recogió un camionero que tardo casi tres horas en 80 kilómetros. Mis padres me habían dejado la dirección antes de salir de Madrid. Creo que no se sorprendieron tanto cuando nos vieron y menos cuando devoramos los platos hondos de espaguetis boloñesa que habían sobrado del mediodía. No teníamos sitio para dormir porque había un amigo de mis hermanos. Pasamos la noche en el prado exterior, en una tienda de campaña, pero con nuestros estómagos repletos.

De todas maneras, yo todavía no había escarmentado. Al día siguiente mis amigos Fede y Nacho vinieron a buscarme para llevarme a Comillas Los dos ya no están, murieron hace unos años y los recuerdo con frecuencia. Te gustaría volver atrás pero eso ya es imposible.   Jose optó por regresar a la sierra de Madrid después de ponerse en contacto con su familia. Yo pasé unos días más que precarios en Comillas, primero en el camping y después en el garaje de la casa que alquilaban los hermanos de Nacho que me surtía de comida. Fede había tenido que regresar a Madrid por un asunto importante relacionado con su ingreso en la universidad. Hubo una noche que dormí en la playa y la guardia civil me despertó apuntándome con un fusil. No se podía dormir en la playa, no se podían hacer muchas cosas y tampoco encontré demasiado apoyo entre los conocidos de Comillas, salvo Nacho que me ayudó a sobrevivir los días que pasé allí y que junto a las gestiones que hizo Fede desde Madrid, consiguió que un amigo de su padre que tenía que viajar el fin der semana me llevara de regreso a la ciudad.

No volví a hacer autostop. Ni siquiera entre pueblo y estación como hacíamos en Pozuelo. De todas maneras, aquel viaje ,de poco más de una semana,  me enseñó que las cosas en la vida no son tan fáciles, que no siempre hay un plato caliente esperándote. Había que ingeniárselas para seguir adelante y buscar soluciones en los malos momentos. Aquel viaje con Jose, con el que he mantenido la amistad durante toda la vida y con el que trabajé en REE, fue realmente la primera vez que salí del nido, la primera ocasión en que mis padres no estaban detrás para solucionar cualquier problema.

Lo que no me hice fue adictivo a los viajes. No entendí ya, en este siglo, antes de la pandemia, la necesidad de que los jóvenes cogieran un vuelo tras otro para pasar unas horas en cualquier ciudad europea. Daba la sensación de “y yo más”, como si acumulasen puntos por haber estado, aunque fuera efímeramente, en cualquier punto del viejo continente.

Después de aquel viaje tardé mucho en volver a salir de España. Si la memoria no me falla creo que no fue hasta principios de los ochenta.

3/03/2022

AUDIO, Hive, Un héroe, Los amores de Anaïs,,,estrenos de la semana.

 

Hive; Mejor película, directora, actriz y publico en Sundance


(AUDIO) Solo cinco estrenos. Una película kosovar, otra iranie, una francesa y dos estadounidenses llegan a nuestras carteleras.


Estrenos 4.3.22


Estrenos 4-3-22, Asghar Farhadi, cine indie o francés

 


Además de “Hive” (Colmena) hay otros cuatro estrenos esta semana.

 



LOS AMORES DE ANAIS (98’) 

Muy diferente son estos Amores de Anais con una joven como protagonista que se plantea su lugar en el mundo y de paso concretar el amor y el deseo. La realizadora Charline Bourgeois dirige a Anaïs Demoustier, un auténtico torbellino que va de un lado a otro, corriendo sin parar por las calles, aunque siempre llegue tarde a todo. Una joven milleniam que vive con dificultades económicas y sin detenerse a meditar más de lo necesario.

Charline Bourgeois en su debut tiene influencias de la “nouvelle vague” pero sobre todo y lo deja explícito en una secuencia de “Noche de estreno” (1977), de John Cassavetes y del personaje femenino que interpretara su mujer Gena Rowlands. Cuando Anaïs conoce a un hombre maduro(Denis Poladynes)  con quién comienza una relación parece que vamos entrar en la típica comedia francesa a la que cada veza estamos más acostumbrada. Pero la directora nos lleva por otros derroteros, quizá ella también influenciada por ese personaje tan dinámico e imprevisible cuando Anaïs conoce a una escritora (Valeria Bruni Tedesch) a la que admira y que pronto se convierte en objeto de deseo.  ENTRETENIDA

 

LANGUAGE LESSONS (91’)

Es toda una lección de cómo puede hacerse una buena película con pocos medios y sobre todo con imaginación.

Un hombre adinerado recibe como regalo de cumpleaños de su marido un paquete de 1000 lecciones de español via zoom, para perfeccionar el idioma que le atrae. Se rodó en época de confinamiento, pero no hay referencia s ala pandemia y si mucho humor y mucho de relaciones humanas.

Dirigida por Natalie Morales que es también la protagonista y la coguionista junto a Mark Duplass, quien interpreta al principal personaje masculino, “Lenguage Lessons”, es cine indie en su grado máximo.

Unas lecciones de español que pronto se transforman en lecciones de vida, en el acercamiento entre dos desconocidos, muy diferentes, que se aproximan el uno al otro a través de la pantalla desde la que van desgranando sus vidas y sus inquietudes. Un sencillo pero emotivo relato en que a veces falla el audio o desaparece la imagen, haciéndose eco de los clásicos errores de las videollamadas, pero siempre queda esa proximidad y creciente complicidad entre dos extraños separados por los miles de kilómetros de distancia que hay entre Oakland y Costa Rica.

Una DELICIA DE PELÍCULA

 

UN HÉROE(127’)

 

Las tres películas que he comentado están todas dirigidas por mujeres de países tan dispares como Kosovo, Francia o EEUU. El siguiente título que he tenido ocasión de ver procede de Irán y su director, Asghar Farhadi, a diferencia de las anteriores, si tienen una larga trayectoria internacional con títulos como “Nader y Simin: Una separación”, y “El viajante”. Incluso en 2018 estrenó en España, “Todos lo saben”, película rodada en nuestro país, con Penélope Cruz, Javier Bardem y Ricardo Darín, entre otros.

“Un héroe” nos lleva por las calles de Teherán para seguir los pasos de un joven encarcelado por no saldar una deuda que se reencuentra con su novia en un permiso penitenciario.

Cuando su novia encuentra un bolso lleno de monedas de oro, que podría saldar su deuda, deciden buscar a la persona propietaria del mismo para devolvérselo. No porque estén plenamente convencidos si no porque sienten miedo por las posibles consecuencias que habría si descubriesen que se han quedado el dinero para ellos.

Su gesto hace que los medios, la televisión en particular decidan contar su historia y la generosidad que ha mostrado para tratar de conmover al hombre con el que tiene la deuda y que es la causa por la que sigue en prisión. Un reality show que tienen una enorme audiencia en Irán y que hace de él un auténtico héroe . Un presidiario que busca una nueva oportunidad pero que choca contra una realidad compleja e implacable.

 

THE BATMAN (175’)  

Sé que dicen que está bien, yo no la he visto porque tengo cierta prevención a ver películas de superhéroes u otros personajes nacidos del comic, sobre todo cuando ha habido antes tantas versiones sobre ellos, alguna tan buena como “El caballero oscuro” de Chris Nolan. No soy friki en este aspecto y por mucho que me animen a verlas creo que ya tienen suficiente publicidad gratuita con la información que dan medios escritos o audiovisuales, aparte del marketing millonario que rodea a este tipo de películas.

Matt Reeves ( “El amanecer del planeta de los simios”, ”La guerra del planeta de los simios”…) construye un thriller que pretende ser diferente a lo visto hasta ahora sobre “el caballero oscuro”. Robert Pattinson el nuevo Batman, Colin Farrell ,Pingüino uno de sus enemigos, pero el malvado de esta cinta es Enigma, interpretado por Paulk Dano. Zoe Kratvitz interpreta a Catwoman.

MI PELÍCULA DE LA SEMANA: HIVE. La lucha de una mujer ante una sociedad paternalista.

 



HIVE (Colmena)  84’  

He visto esta película cuando comenzaba la invasión de Ucrania. Te preguntas que estamos haciendo para impedirlo y miras atrás , a los años noventa del siglo pasado y recuerdas desasosegado como se sucedían las guerras y los muertos en los Balcanes, ante la inacción internacional.

Estamos en Kosovo, un pequeño pueblo que trata de curar las cicatrices de la guerra no ya de los muertos sino de los desaparecidos que producen incertidumbre entre las mujeres que esperan su regreso. Como Helena su única misión es esperar el regreso de Ulises, aunque este nunca se produzca.

La kosovar Bierta Basholi construye una historia profundamente humana y feminista de una mujer de mediana edad que no se queda con los brazos cruzados esperando ese regreso y decide emprender un pequeño negocio para subsistir. Solo el hecho de que aprenda a conducir encuentra el rechazo de todos los hombres, en una sociedad agobiantemente patriarcal y machista. Es una mujer, interpretada magistralmente por Yilka Gashi, que muestra una enorme serenidad al mismo que una gran determinación para superar todas las dificultades y desprecios a los que es sometida por los hombres que, como los zánganos se agolpan en el interior y en las puertas de la taberna mientras ella trabaja incansablemente como las abejas de sus colmenas.

Sorprende, de verdad, porque a  Hive no le falta nada , todo responde a un cuidado guion y a ese personaje femenino en qwue se concreta la historia que, está basada en hechos reales como fueron las consecuencias de la guerra en Kosovo y la rebeldía de mujeres, como la que interpreta Yilka , que voltearon la actitud de una sociedad anclada en el pasado y supieron restañar sus heridas gracias al valor y la autoestima. ESTUPENDA PELÍCULA

2/28/2022

PÁGINAS SUELTAS (17) RECORDANDO LA UNIVERSIDAD.

 

(Foto Archivo de la transición)



Sexo, suficiente. Drogas; con espuma. Rock and roll, con poesía…

Sexo. drogas y rock and roll en una universidad que ansiaba que algo ocurriese, que terminase aquella larga e interminable noche que planeaba sobre nosotros .  Eran los setenta y Franco seguía. Habíamos nacido con él y no se iba. La larga mano del régimen llegaba a cualquier rincón y soñábamos con la libertad

Librerías en que adquirías los otros libros; revistas eróticas en el Rastro; canciones prohibidas ; recitales suspendidos , reuniones reivindicativas,  prensa coartada, tijeras, más tijeras, censura.


Biarritz, otra ciudad objeto de peregrinación (Rosebund)


En los setenta los españoles viajaban a Perpiñán en busca de Emmanuel o El último tango . Éramos un país reprimido y triste, en blanco y negro frente a la luminosidad que nos venía de fuera. Democracia seguía siendo una palabra lejana, una utopía insertada en un mundo feliz.

Foto dcineorg


Casi sin darme cuenta, en estas Páginas Sueltas que continúo abriendo, me introduje en la Radio y en algunos de los momentos que viví,   porque fueron más de treinta años los que pasé vinculado a RNE. No busco un orden. Los recuerdos van surgiendo y trato de atraparlos. He recordado a compañeros que están y a los que nos dejaron, pero antes de pasar toda una vida entre máquinas de escribir, teletipos, ordenadores, micrófonos o estudios, pasé cinco años en la Facultad de Ciencias de la Información que, como ya apunté anteriormente, estaba situada en la Dehesa de la Villa, donde está actualmente la Escuela Oficial de Radio Televisión. Aquella sería la primera promoción de la historia, la primera vez que los periodistas saldrían con un titulo universitario bajo el brazo.

Provenía de Derecho donde había matado el tiempo ante el empeño de mi padre de que estudiara esa carrera y esperando a que se abriera definitivamente la facultad de periodismo. Mi abuelo paterno si había estudiado Derecho, pero ninguno de sus hijos, ni ninguno de sus nietos hicieron esa carrera. Y fueron diez los primeros, aunque dos fallecieron durante su infancia y veintiocho los nietos, aunque uno de mis primos, Chema murió siendo un niño de pocos años.

Yo estaba dispuesto a no ser la excepción porque desde siempre me había sentido atraído por el periodismo y, sobre todo, porque me brindaba la oportunidad de escribir. Con poco esfuerzo y pocas ganas aprobé tres de las cuatro asignaturas de primero de Derecho y esas notas me sirvieron de aval para comenzar periodismo y seguir durante un tiempo compaginándolo con Derecho que abandoné a la primera oportunidad. Cuando mis padres y hermanos emigraron a Cádiz dejé la carrera de las leyes porque me aburría soberanamente.
Primera sede en el IORTVE(Todo colección)

Era 1971 y hubo que hacer una prueba de acceso que consistía en una redacción sobre el porqué de nuestro interés por el periodismo. No sé qué contesté, pero aprobé y al poco se iniciaron las clases, el primer curso de periodismo que comenzó tambaleante en aquella sede provisional de la Dehesa de la Villa que, ante la falta de docentes, recurrió al circuito cerrado. Es decir, en un aula estaba el profesor y en otras dos se seguía la clase por un aparato de televisión. Vamos de lo más recomendable para los chavales y chavalas que habíamos elegido una carrera nueva, pensando en un futuro ejercer una profesión libre. Se tele-estudiaba.

Había asignaturas como Redacción ,en la que se redactaba poco; geopolítica de España y Universal; literatura, comunicación , empresa periodística o incluso idiomas. De las once asignaturas, me quedaron cuatro que aprobé en septiembre. En segundo me quedaron tres y de ellas una para febrero , “Técnicas de composición e impresión”, que aprobé gracias a las clases que me dieron durante mis prácticas de verano en el Diario de Cádiz, los obreros del taller. Ellos fueron realmente quienes me enseñaron a utilizar el tipómetro y saber el número de cíceros necesarios. En las madrugadas en el viejo diario de la calle Ceballos olía a pan caliente del horno contiguo que nos servía, a través de las rejas de las ventanas, panes recién hechos que rellenábamos de chacinas , quesos o chicharrones cuando el gallo todavía no había cantado.

Pero, no me desvío. La Facultad de Ciencias de la Información nació alejada del campus, pero participó activamente en la lucha universitaria y en las denuncias contra la dictadura franquista. A finales del 72 tras una serie de incidentes ,el más grave la quema del despacho del vicedecano, varios de nosotros fuimos denunciados y sometidos a Consejos de Disciplina en el Rectorado. Yo acabé siendo expedientado, pero no expulsado como les ocurrió a otros compañeros. Fuimos una veintena próximos a los partidos de izquierda, PCE, LCR u ORT los que tuvimos que someternos a un juicio, sin defensor y en el que, una especie de fiscal nos denominaba los interrogados. Frente a nosotros había un simulacro de tribunal con cuatro o cinco miembros. Apenas dejaban que te explicaras ,como si tuviesen decidido de antemano cuál iba a ser la decisión. En el interrogatorio mezclaron mi supuesta participación en los hechos, con las clases que impartía en barriadas obreras como Orcasitas, a niños sin escolarizar. La policía franquista tenía ramificaciones en todos lados. Aunque no pertenecieras a un partido valía tan solo tu participación en las manifestaciones, las asambleas, el reparto de panfletos o las reuniones clandestinas que se hicieran contra el régimen, para entrar en una lista negra. Hubo un compañero que llegó a ser condenado a seis años de cárcel por el Tribunal de Orden Público, por unas pintadas contra Franco y el régimen que representaba. Durante la vista y ante los murmullos que se producían entre los compañeros que asistimos el juez acabó expulsándonos de la sala.

El siniestro  T.O.P. (Público) 


Estábamos permanentemente vigilados. Aunque no militases en ningún partido  bastaba con reivindicar el movimiento estudiantil contra la dictadura para ser considerado enemigo del régimen.

Yo no había participado en la quema del despacho, ni la mayoría de los compañeros que fuimos juzgados. El ataque al despacho del vicedecano de Ciencias de la Información, creo que se apellidaba Toloni, fue cosa de cinco o seis y de uno de ellos siempre sospeché que era miembro de la brigada político social ,como lo confirmó el hecho de que ni siquiera fuese sometido al Consejo y que tras la expulsión de varios compañeros desapareciese de la Facultad. Los “sociales” solían infiltrarse entre las células comunistas o en las manifestaciones y protestas y eran los “chivatos” que permitían las detenciones y las torturas en la DGS.

No me expulsaron de la universidad, pero me denegaron el certificado de buena conducta que me impedía obtener el pasaporte y salir de España o sea que no saldría más allá de Portugal hasta los años ochenta. Era un certificado paralelo al de penales ,  expedido por la policía  llamado de “buena conducta” que en caso de no obtenerlo podía suponer, no solo que te fuese retirado el pasaporte, sino que tuvieses que hacer la mili suspendiéndose la prórroga que te concedían por estudios.


Unos meses antes de verme obligado a incorporarme al ejército encontré la ayuda necesaria para que se anulasen aquellos antecedentes y retrasar mi ingreso en la mili hasta enero de 1977, tras terminar la carrera en junio de 1976.

 Antes del Consejo de Disciplina ,en verano hicimos un viaje en autostop por el sur de Francia, pero eso da ya para otra historia.