Actualidad cinematográfica y otras cuestiones culturales,sociales y deportivas
4/23/2025
EL ULTIMO SUSPIRO : ENTENDER LA MUERTE
EL ÚLTIMO
SUSPIRO (FR. 2024.100’)
DIR.:
Costa-Gavras
INT.:
Denis Poladylés, Kad Merad, Marilyne Canto, Charlotte Rampling, Angela Molina,
Karin Viard.
GÉNERO.
Drama
Otro tema
recurrente en estos últimos meses es la eutanasia o los cuidados ante el final
de la vida. Nos hay que irse muy lejos
para recordar “La habitación de al lado”, de Pedro Almodóvar o “Polvo
serán”, de Carlos Marqués-Marcet con Angela Molina , quién precisamente
también es una de las protagonistas en El último suspiro ,la película
que dirige Costa Gavras que, a pesar de su avanzada edad,91 años, ha querido
regalarnos esta película de enorme sensibilidad y naturalidad en su
acercamiento al final de la vida.
Costa
Gavras, referente obligado del cine político y social europeo con títulos como La confesión,Z, Edén al oeste, Amén
, Missing o Estado de sitio,ha
querido indagar sobre la enfermedad y el final de la vida a través de la conversación
entre un escritor y filósofo y un médico que se dedica a los cuidados
paliativos.
Casi
recurriendo al mismo titulo con el que Luis Buñuel firmó sus memorias, “Mi
último suspiro”, Costa Gavras se ha basado, sin embargo a la obra escrita por
el médico Claude Grange , jefe de una unidad de paliativos y el filósofo Régis
Debray que lleva el mismo título de la película.
Los dos
protagonistas. Denis Poladylés(el filósofo)y Kad Merad (el doctor) son un
trasunto de ambos. El primero se enfrenta a unas pruebas que determinarán la
naturaleza de un pequeño quiste y el segundo, es un médico, admirador de su
obra que quiere conocerlo. Entre ellos se establece una enorme complicidad y en
los distintos episodios que viven con enfermos terminales , y la manera de
afrontar dignamente ese final.
Para Costa
Gavras esa dignidad es tan importante para los que se van como para los que se
quedan. La película cuenta como afrontan diferentes pacientes su enfermedad,
las reacciones de sus familias o la actitud del personal sanitario. Todo está
contado y tratado con enorme naturalidad.
Entre las distintas
secuencias me quedo con las que protagonizan Angela Molina, una matriarca gitana
que llega al hospital donde va a ser tratada, acompañada por todo su clan o la
impertérrita Charlotte Rampling que, no se inmuta ante su eminente final.
No es una
película triste y difícil de digerir, más bien todo lo contrario, porque en el
fondo prevalecen las ganas de vivir y la dignidad de los pacientes que han de
asumir su final.
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