En torno al festival de San Sebastián llegan algunos de los grandes estrenos españoles de la temporada, películas que, seguro estarán en la lucha por los premios Goya. Esta semana coinciden en las carteleras dos películas dirigidas por mujeres, por dos de nuestras cineastas más reconocidas como son los casos de Iciar Bollaín y Paula Ortiz. Ambas, aunque situadas en épocas y con temáticas muy diferentes tienen en común como el poder, en sus diferentes formas, siempre puede ser dañino.
Iciar Bollaín
ha dirigido “Soy Nevenka” un acercamiento a la que fuera concejala en el
ayuntamiento de Ponferrada que, sufrió un episodio de acoso sexual a principios
de los años 2000, por parte del alcalde de la ciudad ; mientras que Paula Ortiz
ha echado la mirada atrás, a la II República para narrar un hecho ya conocido y
como en el caso de Nevenka, objeto de
documentales y libros. La directora zaragozana se ha acercado de nuevo a la
figura de Hildegart, la joven prodigio de la II República, asesinada por su
madre cuando se salió de los cauces por ella establecidos. En “Nevenka”, el
`poderoso no admite un “no” ; en Hildegart, ”La virgen roja”, la madre ejerce
un enorme poder e influencia sobre su hija y la mata porque, a su juicio, “era suya” .
Estamos ante
dos buenas películas, cada una en su estilo, que relatan hechos puntuales, pero
de carácter universal. Iciar Bollaín describe
con precisión los hechos que ocurrieron en 2000 y quiere trasmitirnos la
situación que vivió Nevenka que es la de otras muchas mujeres que han vivido
situaciones similares y que, en aquellos años, no se atrevían a denunciar
La directora
de “Te doy mis ojos o Maixabel”, recurre en “Soy Nevenka” a una
dirección clásica y firme que pone el foco en la tensión de la pareja
protagonista, en especial en Nevenka que trasmite al espectador la presión que
sufrió durante varios meses.
“Soy
Nevenka” es una historia de violencia, sufrimiento y liberación porque Nevenka
que, nunca ha podido olvidar lo que vivió,
fue capaz de enfrentarse al poderoso, al hombre que controlaba todo,
acostumbrado a que todos comiesen de su mano.
Por su
parte, Paula Ortiz (“Teresa”, ”La novia”),
una directora que da tanto peso a la narración como a la estética
cinematográfica, concibe su historia como una descripción de lo nocivo y
destructivo que puede llegar a ser el poder. Aurora quiere que su hija Hildegart, a la que
ha ideado desde el momento mismo de su concepción, sea la mujer del futuro. Una
mujer libre y de gran capacidad intelectual que, no puede ser contaminada, ni
siquiera por el amor.
La vida de
Hildegart se truncó con apenas dieciocho años, cuando su madre la disparó
mientras dormía. Era ya una reconocida articulista y ensayista en los ambientes
políticos y sociales de la época.
En cierto
modo, Nevenka, también vio truncada su carrera profesional , la que había
iniciado con apenas veinticuatro años y hubo de salir de España porque en su
ciudad natal nadie la entendió y mucho menos apoyó. A Nevenka la hirieron
emocionalmente y, aunque nunca ha podido olvidar el episodio que vivió, rehízo
su vida en Dublín, con su pareja y los dos hijos que tuvo a más de 2000
kilómetros del lugar en que nació.
(PUBLICADO en La Voz.30-9-24)
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