Y he visto esta mañana, poco antes de su estreno en salas comerciales, la última película del cineasta chino Zhang Yimou
Un
segundo puede
contener la imagen de una vida. “Un segundo”, la película de Zhang Yimou que
inauguró San Sebastián es un nuevo homenaje al cine, en este caso desde la
mirada del veterano realizador chino, autor de títulos tan conocidos como “La
linterna roja”, “Hero” o “La casa de las dagas voladoras”.
“Un segundo”(104’) es un nuevo “Cinema Paradiso” desde la mirada del cineasta que, en esta ocasión, nos traslada a la China de la incipiente Revolución Cultural de Mao. Un hombre que ha huido de un campo de trabajo se hace con la bobina de un noticiero, en el que aparece su hija. Una niña vagabunda se la roba y desde ese momento comienza una persecución, un tira y afloja de los dos personajes que recorren el desierto, él obsesionado con la posibilidad de ver a su hija en el cine de un pueblo cercano y ella deseando utilizar los fotogramas de forma práctica, en la casa en que reside junto a su hermano pequeño.
Llegan a la
pequeña localidad donde “Don películas”, el proyeccionista, espera impaciente
que el motorista llegue con las cintas que le permitan proyectar una película bélica
que ensalza el heroísmo de los chinos, después del correspondiente noticiero.
Todo el pueblo está impaciente, expectante por ver la película en un enorme
solar al aire libre. Están fascinados por las imágenes no importa la trama.
“Un
segundo” resume la
magia del cine, la capacidad que tiene para hechizarnos y mostrarnos su poder
evocador y reafirmar la importancia que tiene en nuestras vidas.
“Un
segundo”, que ha
inaugurado la última edición de San Sebastián, debería haberse estrenado hace dos años en la Berlinale,
pero el gobierno chino impidió su estreno.
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