No es un
placer, aunque la protagonista lo busca intentando convertirse en una estrella
del cine porno. Es la declaración de intenciones de Jessica, una joven sueca,
que llega a Los Ángeles para entrar en la industria pornográfica y que en la
aduana cuando es preguntada por el policía si viaja por placer o por negocios
responde que, por placer, aunque su respuesta más apropiada hubiese sido que estaba
en EEUU por el negocio del placer
La directora
debutante Ninja Thylberg estuvo seis años investigando sobre la potente
industria del porno y construye un relato minucioso y por momentos, con visos
de documental, en que se adentra en ese mundo a través de su protagonista Sofía
Kappel (Jessica/Bella Cherry) quién también debuta con enorme fuerza en su papel
de joven decidida a todo en un mundo de hombres, porque si algo deja claro la
película, son los manejos del mundo del porno por los hombres que sacan pingües
beneficios mientras las mujeres son meros objetos sexuales que tienen que
plegarse a las exigencias de los productores y representantes si quieren ascender
en el escalafón y conseguir los papeles que redunden en mayores beneficios y
popularidad
Bella Cherry
desde la inocencia y la ambición quiere llevar adelante su sueño, pero en
algunos momentos se convierte en auténtica pesadilla. No es una película
complaciente y si una película hábil en la narración que, por encima de todo
marca las diferencias entre hombres y mujeres en el oscuro negocio del sexo. La
película, una mirada femenina de la industria del porno, con actores y actrices
que trabajan en ese tipo de cine salvo la protagonista, tuvo
una excelente acogida en el festival de Sundance.
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