3/19/2020
¡¡¡¡¡MALDITO BASTARDO!!!!!
He singularizado el titulo de la película de Tarantino para referirme a este virus salido de la ficción que está devastando todo cuanto nos rodea.
Decía hace unos días un tertuliano, cuando nadie imaginaba el alcance que iba a tener la enfermedad en nuestro país que, había leído, dijo releído, “La peste”, de Albert Camus y que lo que ocurría en Italia era igual a lo que contaba aquella legendaria novela que, por cierto, llevó al cine, con peor fortuna, Luis Puenzo, el primer director argentino ganador del Oscar por “La historia oficial”.
Bueno pues el tertuliano alardeaba de aquella relectura como si los demás no supiéramos de que iba la vaina y tampoco conociéramos lo que había ocurrido con enfermedades como la peste, la lepra, el cólera, la malaria o más recientemente el ébola… ¿Quién nos iba a decir en pleno siglo XXI que, un bichito, como alguno lo calificó, iba a poner el mundo patas arriba?
Lo que nunca podíamos esperar que aquellas lejanas medidas que se aplicaban en China y que veíamos incrédulos en nuestros televisores llegasen algún día a la Europa del Bienestar… ¡Qué ingenuos! El virus, todavía no había citado al bicho, el corona-virus, ha paralizado prácticamente todas las actividades de los países occidentales y ha hecho que millones de ciudadanos nos veamos recluidos en nuestras casas mientras, los sanitarios, faltos de medios suficientes, se ven superados por la voracidad de la enfermedad que sigue acumulando víctimas.
“Contagio”, la película de Steven Soderberg se ha hecho viral con esto del virus por lo premonitoria que es de una situación que el cine y la literatura nos han planteado en diversas ocasiones y que han hecho que la ciencia ficción, sea cada vez más real. Yo no he vuelto a verla, la verdad es que títulos que, antes podían entretener, son ahora un martillo que, nos recuerda a cada instante que aquellos relatos, son verdad, que está ocurriendo y que estamos enclaustrados en nuestras casas esperando, confiando, en que algún día se acabe la pesadilla.
Por eso no veo películas que me digan que sí, que es verdad, que da igual que me restriegue los ojos ; y si aquellas que me hacen rendir cada día un homenaje al cine, a esa sala oscura de butacas vacías, que no saben cuándo volverán a sentir el peso del espectador.
El día en que Hitch.encontró otra de sus damas rubias
Amor,pasión,deseo
Películas que podemos ver de múltiples maneras, en esa enorme plataforma que es la tecnología que nos acompaña y que espero no se rebele nunca contra nosotros. Así, estos días de encierro, he vuelto e reencontrarme con Ingrid Bergman, otra de las actrices suecas que triunfaron en Hollywood.
Enamorada del más frío de los espías.
Empecé con dos de sus colaboraciones con Hitchcock, “Recuerda”, que cuenta como una psiquiatra en un mundo de hombres se empeña en hacer recobrar la memoria a Gregory Peck, al que persiguen por un supuesto asesinato. Una doctora enamorada apasionadamente de su paciente, que va recordando que le ocurrió gracias a un sueño que diseñó el mismísimo Salvador Dalí. E Ingrid repitió al año siguiente,1946, con Hitchcock en “Notorius”, aunque aquí se llamó “Encadenados”. Un filme de espionaje en que estaba enamorada de otro de los galanes por excelencia, Cary Grant, y en el que ella se casa con otro, ante la aparente indiferencia de Grant. Una relación que me recordó a la que tenían Glenn Ford y Rita Hayworth en “Gilda” que se estrenó aquel mismo año. O sea que coincidencias, nada de plagios También vi una de sus películas menores “El albergue de la sexta felicidad”, ambientada en la guerra chino-japonesa, en el papel de una cooperante, anticipándose a nuestros tiempos y con Curd Jurgens como partenaire. Dirigió Mark Robson, director de películas como “El premio· o dos excelentes títulos sobre boxeo “El ídolo de barro” y “Más dura será la caída”.
Un buen noqueador vendría ahora bien para dejar K.O al visitante que nunca debió venir. Que la salud y la suerte os acompañe. Hasta pronto
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