"Alma mater", refleja el
sufrimiento de la población civil.
Te
despiertas con los bombardeos de EEUU y sus aliados a Siria, a objetivos
militares e instalaciones que fabrican armas químicas, como respuesta a los
ataques de la semana pasada del ejército sirio utilizando armas químicas contra
la población civil. Lees que Rusia e Irán aliados del régimen de Bachar El
Asad, califican el ataque como una agresión contra un estado soberano. Lees,
ves, oyes pero hace ya tanto tiempo que aparecen las mismas noticias que no nos
golpean con la fuerza que lo hacían al principio, es como si después de tanto
tiempo nos estuviéramos insensibilizando, como ocurrió, por ejemplo, en la
guerra de la antigua Yugoeslavia. Más de siete años han trascurrido desde que
comenzara una guerra civil que ha congregado en el territorio sirio a todos los
agentes posibles. Los leales al gobierno, los rebeldes, los terroristas del
ISIS, kurdos, turcos, rusos, iranís, franceses, ingleses, norteamericanos y
detrás o delante de todos ellos, la población civil, hombres, mujeres y
niños que viven aterrorizados desde hace
más de 2600 días y 2600 noches. Detrás de cada bombardeo, de cada ciudad
destruida, de cada rincón de Siria, hay familias que no saben si sobrevivirán
mañana.
"Alma
mater" es una película que acaba de estrenarse, pero es, sobre todo,
un reflejo de la población civil encerrada en un apartamento con una ventana
abierta a las ruinas de un país y a la posibilidad de que un francotirador
acabe con la vida de cualquiera que se aventure a cruzar ese espacio desnudo.
"Alma mater" es un filme claustrofóbico,
con una mujer, la extraordinaria Hiam Abbass ( "Los limoneros", "Conversaciones con el jardinero")
como una madre coraje con el único
objetivo de sobrevivir junto a los suyos. La cámara de "Alma mater" nos hace compartir el sufrimiento siguiendo
a los personajes por ese espacio cerrado donde se huele la violencia, la muerte
o la desesperanza. "Alma mater"
es una ficción que no podría ser más real. Una ficción de lo cotidiano y una
llamada para que la sociedad que todavía vive en paz esté más cerca de los que
sufren, de quienes no saben si hay un futuro, porque lo que están viviendo es aquello que nadie hubiese querido conocer.
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