Estos días
pueden verse en las salas dos películas que abordan la violencia contra la mujer desde perspectivas diferentes.
Mientras la francesa "Custodia
compartida", de Xavier Legrand utiliza elementos del thriller; la
italiana "Fortunata", de
Sergio Castellitto maneja los de la comedia, aunque ambas muestran desde
distintas perspectivas la violencia que se ejerce contra las mujeres en el seno
doméstico.
Junto a la
violencia psicológica, a la degradación continua de la mujer, a la no
aceptación por los hombres de la ruptura, a la presión y al control que ejercen
sobre ellas aunque ya estén divorciados, se une la coacción sobre los hijos,
víctimas colaterales de estas situaciones que en muchas ocasiones acaban con el
asesinato de la mujer y de sus propios hijos.
"Custodia compartida" describe ese
clima de violencia, a través de los ojos de un niño de unos doce años que busca
proteger a su madre frente a la violencia del padre. A pesar de los
antecedentes, la jueza, concede al padre dos fines de semana al mes que este
aprovecha para presionar a su ex-mujer para que vuelva con él. Es un ser
enfermizo, colérico que tiene aterrorizados a su mujer y sus hijos, porque la
mayor ya ha cumplido la mayoría de edad y no tiene porque pasar los fines de
semana con su progenitor. Viven mirando a cualquier lado por miedo que se
presente de improviso. Viven pensando que un día puede matarles
En "Fortunata", la protagonista Jasmine Trinca, una de esas actrices que
tiene el gen de las grandes del cine italiano, es una mujer que vive con su
hija en las afueras de Roma, en una Roma multicultural y alejada de la imagen
turística de la ciudad eterna. Sueña con tener su propia peluquería y no ir de
casa en casa peinando a sus vecinas del barrio. Estuvo casada con un policía
que aparece en el piso cuando quiere, la intimida, la amenaza y la obliga a
mantener relaciones sexuales .Ya no vive con ella pero sigue sus pasos y sus
amistades. Es un personaje primitivo pero, mucho me temo, que no está alejado
de la realidad. Aunque el filme tiene estructura de comedia dramática, todo en
él huele a verdad y todo en él, como en "Custodia
compartida", tiene la presencia de una niña marcada por la relación de
sus padres.
Ambos
títulos, como lo fue en su día "Te doy mis ojos", de Iciar
Bollain, vuelven a mostrar a través del cine, una lacra que continua
persiguiéndonos y hace que siga perviviendo el machismo en nuestra sociedad a
través de abusos, violaciones o asesinatos contra las mujeres.
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