Son muchas las películas de motivo navideño. Sir ir más
lejos las televisiones programan una y otra vez por estas fechas ¡ Qué bello es vivir ¡ con el honrado George Bailey (James Stewart) a punto de
suicidarse ,tras la desaparición de una
importante cantidad de dinero del pequeño banco que regenta . El maestro Frank
Capra dirigía aquella película inolvidable pero yo sigo teniendo una película favorita,
divertida, ácida y tierna a la vez como es “Plácido”, de un cineasta,
Luis García Berlanga que figura entre mis favoritos de cualquier época.
Con las películas de Berlanga te ríes continuamente y al terminar hay un poso amargo por todo lo
que nos ha contado. Lo hace entre risas pero ahí está todo y a todo se ha
adelantado Berlanga que nos ha retratado una y mil escopetas nacionales de las
que ahora leemos en los periódicos o
vemos y oímos en radio y televisión.
En Plácido está
el trabajador honrado que intenta pagar la letra del motocarro en vísperas de la
cena de Nochebuena. Todo ocurre en una ciudad de provincias donde las fuerzas
vivas organizan una fiesta benéfica con coristas incluidas y con el aliciente
de sentar un pobre a su mesa.
Burgueses con remilgos y pobres en el mismo barco en una noche
enloquecida con cesta de Navidad como objeto de deseo y muerto incluido. Por
cierto el fallecido vive en pecado con
una mujer y un cura se empeña en casarlos “in articulo mortis”. El hombre se
niega pero entre unos y otros hacen que mueva la cabeza y deciden que ha dicho
que sí. ¡ Hala. Ya puede morirse
tranquilo!
Vi Plácido por
primera vez en los años setenta en los primeros minicines de la madrileña calle Fuencarral que
se inauguraron con esta película ,”Roma”
de Fellini y un thiller “Lipstick”,con
Margaux Hemingway, nieta del escritor, como protagonista. Me animó a ir mi
vecino, Francisco Sempere, que fue el director de fotografía de aquella
película y una persona a la que aprecié mucho. No se lo agradecí lo suficiente. Plácido es una película que siempre
tengo presente en estas fechas y la puerta que me hizo acercarme al universo de
Berlanga que hoy, cuando rozamos 2014,se hace más actual que nunca. ¿Falta
alguien para que todos vayan a la cárcel?
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