Han sido los cuatro títulos más esperados. Los cuatro que
junto a la película de animación, “Las aventuras de Tadeo Jones” y “Tengo
ganas de ti”, han hecho posible que, este año, la taquilla del cine español
haya alcanzado cuotas bastante aceptables. Dos películas de autor, “Blancanieves”
(18 candidaturas) y “El artista y la
modelo”(13) y dos filmes de género, “Grupo 7”(16) y “Lo imposible”(14).
Los cuatro se verán las caras el 17 de febrero en la gala de los premios Goya
que cumplen su edición número veintisiete.
Tras la proclamación de las candidaturas en un acto
celebrado esta semana en la sede de la Academiade Cinematografía, fueron
llegando algunos de los nominados para celebrar diversas ruedas de prensa, con
preguntas como siempre han sido, hasta que algún iluminado decidió lo contrario.
Entre los finalistas está José Sacristán, el veterano actor opta al premio por “El muerto y ser feliz”,
película de Javier Rebollo que compitió en San Sebastián y que le supuso el
premio de interpretación. Lo que llama la atención a estas alturas es que Pepe
Sacristán no haya sido nunca reconocido con el Goya, y lo que es más, que nunca
haya sido candidato. Es cierto que José Sacristán ha volcado más su actividad
estos últimos años en el teatro pero se me antoja desconcertante que en 27 años
de los premios nadie se haya acordado de él, cuando menos para otorgarle un
Goya de honor como ocurre este año con su amiga Concha Velasco. Los premios
deben reconocer a los grandes y Sacristán lo es. A sus setenta y cinco años es
historia viva de nuestro cine, uno de los cómicos que lo ha hecho grande…Aquel Carlos
Galván,por ejemplo, de “Viaje a ninguna parte”, que protagonizó la primera
edición de los Goya.
Los premios no significan nada, si me lo dan bien, sino
me lo dan también como había dicho antes Fernando Trueba en la rueda de
prensa convocada por “El artista y la modelo”. A él, dijo, lo
único que le mueve es su amor al cine, a las historias y a contarlas.
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Raúl de la Torre,que será uno de los competidores de Sacristán leyó los finalistas junto a Elena Anaya |
Lo mismo, supongo, que a Pepe Sacristán, defensor
vehemente de nuestro cine de ahora y de siempre, intérprete y contador de
historias, al que le sorprendió la cantidad de medios y periodistas que había
en la sede de la Academia para conocer a los finalistas de los Goya. Recordó
los primeros tiempos de la institución, cuando fue vicepresidente con Antonio
Giménez-Rico, y como había que buscar dinero hasta para pagar el teléfono. Le
satisfizo comprobar hasta dónde había llegado el interés por los Goya. A otros
nos satisfará que la noche de los Goya, se reconozca el trabajo de José
Sacristán, independientemente de la categoría del resto de competidores.
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