José Ramón Rey , Joserra para otros y el “Lujo”, para la
mayoría de sus compañeros de Radio, me trae el recuerdo y muchas anécdotas de
los años en que coincidimos profesionalmente en RNE. Fue director de
informativos en REE, director de R3 y, sobre todo, un estupendo critico de cine
que marcó un estilo en la radiodifusión española., aunque quizá muchos no lo
sepan.
Era irónico, socarrón, mordaz y muy, muy divertido. Sus comentarios no eran destructivos, siempre
buscaba algo positivo y cuando se le preguntaba sobre tal o cual película
sabíamos que no le había gustado cuando decía aquello de “ es mona…”. Le
gustaba el cine clásico, seguramente como a todos y recordaba cuanto le gustaba
“Deseando amar” que calificaba de obra maestra. Te hablaba de cine con naturalidad,
sin artificios y con la frescura que da el ingenio.
Cinco, diez años que no lo veía. Al principio, cuando salimos de RNE, coincidíamos
en algunos pases, pero me dijo que iba a dejar de ir porque no quería tener que
levantarse cada quince minutos para ir al servicio.
Y tal y como lo dijo ya no volvió por los pases de prensa y
apenas, coincidimos en un par de ocasiones como en el acto en la Academia de
Cine, en que Yolanda Flores, directora del programa De Película, recibió
el premio “Alfonso Sánchez”. Hoy cuando hemos comentado su fallecimiento se
refería emocionada a aquella vez que el “Lujo”, dejó sus cuarteles de
invierno para estar junto a ella. No
puedo hablar mucho del presente ni del pasado más reciente, hacía muchos años que
habíamos perdido el contacto, pero si recuerdo momentos luminosos en festivales
o en programas de radio.
En los festivales se veía cine; se comía y bebía bien y se
trabajaba que, por supuesto, no se nos olvidaba. Eran los primeros ochenta
cuando acudimos al Festival de Cine Iberoamericano de Huelva, donde REE
entregaba un premio, acompañados, por otra compañera, Elisabeth a la que el Lujo “requisaba” directamente sus vales de
comida, porque era de poco comer salvo, eso sí, las gambas y el jamón. Fue una semana de mucha jarana y , es obvio,
de mucho cine. El “Lujo” estaba en todo, no se perdía ni una película ,porque
formaba parte del jurado de REE, pero tampoco se alejaba de ninguna fiesta. Su
chispa, su humor nos acompañó durante aquellos días que se antojan tan lejanos,
pero que vislumbro con claridad en mi memoria.
Podía reírse de ti, de cualquiera , pero no te sentías
ofendido. Tenía facilidad de palabra y la frase y el vocablo justo para cada momento.
Lo viví en la Radio y en esos muchos festivales en que coincidiamos en los
ochenta y noventa.
En San Sebastián viví junto a él la bajada, por las
escaleras del Victoria Eugenia, de Bette Davis, mientras se definía como “La
loba”. ¿Ves? -me decía- no es una loba, es una diosa”.
Esas diosas a las que admiraba forman parte de nuestro
pasado, y de vez en cuando abrimos una ventana para sentirlas vivas. Con Joserra
también nos viene el recuerdo de tiempos felices, aquellos en que fue apodado
como el “Lujo”. ¿Por qué? Porque cuando terminaba de elaborar una noticia siempre
se la entregaba al editor correspondiente diciéndole que no se la merecía
porque era “un lujo de información”. Recuerdos para Bette Davis.
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