La luz de Mediterráneo se adueña de Valencia, con un cielo azul que no quiere oscurecerse .
Fue una boda en la Albufera en una larga jornada de reencuentros, besos, abrazos y risas.
Cerveza y vinos corriendo y las novias blancas soñando con el día que era.
No llovió. y si lo hizo no me acuerdo. Abril dio una tregua de primavera.
Nunca se acababan las horas nunca se apagó el día entre cañas, barro y aromas de naranja ,aunque se hubiesen escondido. .
La luz estaba allí, entre la penumbra que asomaba
Y en ese puerto donde se detienen las barcas que, cadenciosamente, como en un susurro, surcan las aguas de la Albufera valenciana.



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