Al Madrid de
esta temporada no lo reconoce nadie. La llegada de Mbappé disparó el optimismo
entre los aficionados blancos que entendieron que el equipo iba a ser
prácticamente imbatible. Él y Vinicius estaban destinados a derribar cualquier
barrera que se pusiera por delante, pero, no está siendo así, sino todo lo
contrario.
Hay un enorme
desconcierto en el campo de juego y una actitud poco resolutiva de la mayor
parte de los jugadores. Los errores continuados de Mbappé están lastrando las
pocas ocasiones que genera el equipo. No solo sus dos últimos penaltis fallados
que, hubiesen supuesto, en ambos casos, el empate provisional en el marcador frente al Liverpool y el Athletic
de Bilbao sino sus continuos fallos y pérdidas de balón que nos alejan de la
imagen de aquel majestuoso jugador que volaba por los campos con una enorme velocidad,
desbordes en cualquier posición o disparos que, con frecuencia, acababan en el
fondo de la red.
A Mbappé se
le ve apático, sin sonrisa, tenso , inseguro , sin ánimo de marcar las
diferencias. Hoy, cualquier defensa puede robarle el balón y no caer en sus tímidos
amagues y si sucede, es frecuente que esté en fuera de juego, señal también ,
de que está fuera de los partidos, sin la intensidad que requieren .
No solo es
Mbappé, el culpable del mal juego del Madrid. Creo que influye, pero, el resto
del equipo no funciona. No tiene fluidez en el manejo de balón y no tiene a
nadie que , con un mínimo de solvencia saque el balón con seguridad cuando
presionan los delanteros del equipo contrario.
Este
miércoles, sin ir más lejos, el Madrid fue incapaz de hilvanar una jugada ante
el Athletic que, presionaba su salida desde el mismo instante en que Courtois sacaba
de puerta. Una y otra vez se apoyaban en el portero porque no veían manera de
sacar el balón de su zona defensiva. Ni Ceballos, ni Tchouaméni, ni Valverde ni
Bellingham tienen esa cualidad que nos lleva a recordar inevitablemente a Toni
Kroos, cuya retirada ha descabalgado por completo la seguridad que mostraba el
equipo a la hora de jugar el balón desde la línea defensiva, para generar juego
y propiciar las carreras y regates de los delanteros.
El centro
del campo del Madrid está desconocido. La seguridad y dominio que mostró en los
últimos años se ha desmoronado por completo a pesar de los esfuerzos de
Bellingham y Valverde que se vacían en el campo, aunque muchas veces sin sentido,
porque presionan ellos y los demás miran.
No hay
pausa, no hay juego fluido , se cae con demasiada frecuencia en el fuera de
juega y las pérdidas de balón son continuas. Los jugadores parecen
desconectados y están dando una imagen lamentable del equipo que era favorito
en todas las competiciones.
No está Toni
Kroos , dejó un hueco que no se ha cubierto mínimamente. Nadie en el Madrid ha
sido capaz de comprender que se iba a producir un agujero ya que no había
ningún jugador en la plantilla capaz de taparlo.
Toda la
estructura del equipo se ha desmoronado y no hay visos de que mejore en los
próximos meses. Una situación similar que está viviendo el último gran rival
europeo del Madrid, el Manchester City que ha perdido su ancla, con la lesión
de Rodri y navega a la deriva por la Premier y Europa cosechando derrota tras derrota.
El fútbol es
un deporte de equipo, pero hay jugadores como Kroos y Rodri que, enseñan el
camino al resto de sus compañeros. Nadie lo ha visto venir y hoy son dos trasatlánticos
sin rumbo y no hay que desdeñar que el Titanic se hundió.
Al Madrid de
hoy, por el momento, solo se le puede pedir entrega y lucha hasta el final
porque juego, me temo , que tardará en llegar.
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