Si nos movemos por el centro de cualquier ciudad de nuestra
geografía o de la mayor parte del mundo veremos espacios que son clones unos de
otros. Las mismas tiendas de moda, los mismos supermercados de alimentación,
los mismos establecimientos de comida rápida...incluso las mismas cadenas de salas
cinematográficas.
Y estas cadenas nos traen las mismas películas. No puede decirse
que no seamos un país colonizado cinematográficamente hablando. Solo hace falta
echar un vistazo a las carteleras de nuestras principales ciudades y en todas
veremos los mismos títulos que arrasan con cualquier otra propuesta cinematográfica.
Hollywood sigue adelante con su cruzada devastadora y tras
los oscar, de donde nos llegan un puñado de buenas películas, sus propuestas posteriores
parece haber sido sacadas del desván de los tiempos y de la falta de creatividad
más absoluta.
Pero ahí siguen sus interminables sagas, sus insípidas
comedias o sus previsibles thrillers atrayendo a la principal masa de
espectadores que acuden raudos a las llamadas que publicitan tal o cual
película. Cine y palomitas.
Las otras películas que llegan a las salas son las
supervivientes, las que se estrenan en pequeños locales y en grandes ciudades, porque no tienen acceso
a los pocos cines que hay en Cádiz, Toledo, Cáceres, León, Oviedo o Las Palmas. Ese puñado de salas tiene como
dueño a las multinacionales norteamericanas y cualquier otro tipo de propuesta
apenas tiene cabida.
Esta misma semana se estrenan en Madrid dos títulos que nos
vienen de cinematografías tan dispares como la húngara y la libanesa. Se trata
de "1945" y "El
insulto", respectivamente. La primera nos lleva al final de la II
Guerra Mundial en una pequeña población húngara donde quedan los restos de la
codicia, la mentira y la traición, mientras que "El insulto" relata como una nimia discusión entre un cristiano
libanés y un palestino musulmán, en el Beirut de nuestros días desencadena en
un proceso judicial que pone de manifiesto las heridas abiertas entre unos y
otros.
Son solo muestras de que hay otras culturas e inquietudes
diferentes de las que nos propone Hollywood
y que siguen ocultas para la mayoría de la población porque no hay
posibilidad de elegir tal o cual título. Los clones se han hecho con las salas
y los supervivientes van extinguiéndose.
ARTICULO PUBLICADO EN LA VOZ DE CADIZ
ARTICULO PUBLICADO EN LA VOZ DE CADIZ
No hay comentarios:
Publicar un comentario