En este
último mes del año se conocen los candidatos a los diferentes premios
cinematográficos que se conceden en España. Los Goya son los más valorados pero antes, los
Forqué, que conceden los productores, se entregarán por primera vez en Zaragoza,
en el mes de enero. También ese mes conoceremos a los ganadores de los premios
Feroz, los instituidos por los informadores y críticos cinematográficos que, en
pocos años, se han convertido en unos galardones de prestigio entre los
profesionales del sector audiovisual.
En 2017 la
única película española de la que se hablaba meses atrás era "Verano 1993" que, es además
nuestra candidata preseleccionada para los Oscar. La opera prima de Carla
Simón, un filme intimista y muy bien contado había tenido una gran aceptación
entre los críticos y una notable afluencia de espectadores para una película de
estas características. Después, tras el festival de San Sebastián han llegado a las salas comerciales un puñado de
títulos de enorme calidad que respaldan el buen hacer de nuestros cineastas. "La librería", de otra
directora catalana, Isabel Coixet se ha encaramado a los primeros puestos de la
lista por número de espectadores. Otro filme muy particular de esta cineasta
que nos tiene acostumbrados a un cine de
gran sensibilidad e intensidad. En esa librería
seguro que le hubiese gustado estar a
"El autor", de Manuel Martín Cuenca, para mí una de las grandes
películas de este año, con un Javier Gutiérrez realmente excepcional. Pero las
buenas sensaciones que me ha dado nuestro cine en este último trimestre del año
no se quedan ahí. "Oro",
por ejemplo, de Agustín Díaz Yanes, es un excelente trabajo actoral, un relato
que nos habla de una expedición a la
búsqueda de la riqueza y en el que sus protagonistas desprenden sangre, sudor y
autenticidad. Y en esta reafirmación del buen cine que se puede hacer en España
no olvido otros tres títulos estrenados estos días, "Tierra firme", una historia tratada con naturalidad
sobre treintañeros de nuestros días , dirigida por Carlos Marqués-Marcet; "Perfectos desconocidos", en
que el veterano Alex de la Iglesia vuelve a mostrar su maestría para construir
historias en espacios cerrados, con otro puñado de grandes actores, como ocurre
en "La vida y nada más",
en que los intérpretes, no profesionales, seducen a los espectadores en una
historia muy realista, rodada en Estados Unidos. Antonio Méndez Esparza,
profesor de dirección de cine en la Universidad de Florida, crea una película
en la mejor tradición del indie norteamericano.
Como ya hizo en su anterior filme, "Aquí
y allá" se acerca a las clases más desfavorecidas de la sociedad.
Variedad de
géneros, variedad de propuestas y sobre todo talento de nuestros cineastas. Dos
mil diecisiete nos ha dejado una añada excelente.
PUBLICADO EN LA VOZ DE CÁDIZ
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