Esta semana cerré las páginas de una novela, “Viajo sola”. Es una novela negra que relata las
desapariciones y asesinatos de varias niñas. Su autor es el noruego Samuel
Bjork, del que no había leído nada y
reconozco que me ha gustado mucho el tono narrativo y la estructura de la novela. Consigue
mantenerte en tensión página a página porque va encadenando elementos que,
continuamente, abren nuevas posibilidades a la imaginación. Lo que lees, sin
ninguna morbosidad por parte del autor, te hace imaginar las situaciones que
vivieron esas niñas, todas de seis años , secuestradas por personajes
desequilibrados y en este caso y en
otros muchos, influenciados por sectas religiosas.
En cine he visto “Rastros de sándalo”, la historia de dos
hermanas separadas durante su infancia. Una se quedó en India la otra fue
adoptada por una familia de Barcelona. Lo peor es que la mayor de apenas diez
años fue vendida a un proxeneta que intenta prostituirla.
Lees esta voluminosa
novela, ves esta sensible película y al
mismo tiempo ojeas los periódicos o ves
y escuchas emisoras de radio y televisión. Cada vez hay más referencias de
violencia contra menores.
Esta misma semana hemos sabido del asesinato de tres niñas.
En Asturias un hombre mató a sus dos hijas de 7 y 9 años y posteriormente se
suicidó ; en Zamora apareció el cuerpo
de otra niña, junto a su madre de origen dominicano, a las que presuntamente
asesinó el ex compañero de la mujer …
Las había matado hace cinco meses pero sus cuerpos no aparecieron hasta hace
unos días. Siempre los cobardes van por los más débiles, por unos niños que son
testigos y al mismo tiempo víctimas de pedófilos,maltratadores y asesinos.
Cuesta entender cómo se puede llegar a ese grado de maldad.
Te lo preguntas también con pedófilos
como el de Ciudad Lineal, en Madrid o
aquellos que amparándose en su condición de sacerdotes son capaces de abusar de
menores y traumatizar casi de por vida a
niños, a los que el Papa Francisco ha pedido perdón en nombre de la Iglesia. El
Papa dijo esta semana refiriéndose a los religiosos de Granada, acusados de
abusos, que “vivo esto con dolor; pero la verdad es la verdad y no debemos
esconderla”.
No hay que esconder que millones de niños en todo el mundo
sufren el acoso y la violencia física de los adultos. No es una ficción “Viajo
sola” la novela que acabo de leer, es una realidad que no se detiene. También,
en el cine constatamos esa realidad si vemos “Rastros
de sándalo”, porque hay países de Asia donde se mata a las niñas porque son
una carga para la familia o se las vende como esclavas para trabajar en las
casas de los ricos sin percibir ningún salario u obligadas a prostituirse.
Sentimos repugnancia porque ocurran estos hechos pero no
somos capaces de ponerles freno. Lo único que ha cambiado es que ahora se
denuncian muchos más casos que antes. Hay que luchar contra cualquier forma de
violencia pero más si cabe contra la que afecta a los menores.
Leer estos libros, ver películas como la que cito ayudan a
que nos concienciemos cuando se acercan
unas fechas que, en Occidente, tiene a los niños como protagonistas . Hay
quienes se han empeñado en quebrar sus ilusiones.
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