Tiene 77 años pero si vemos su cine, las neuronas le
funcionan mucho mejor que a la mayoría de los cineastas actuales. “Blue Jasmine” es el mejor Woody Allen
en muchos años, seguramente desde “Match
point”. No es que considere que sus últimas películas sean para olvidar
pero tanto París, Roma, y mucho más todavía Barcelona, tenían mucho de tarjeta
postal, de artificialidad algo que no ocurre en “Blue Jasmine”, una de esas películas que desearás que no termine.
Woody Allen sustenta su talento en una asombrosa y
extraordinaria Cate Blanchett, que da una lección de interpretación del primer
al último fotograma, en su papel de mujer florero,
acostumbrada a que todo se lo den hecho, sin preocupaciones y limitando su vida al lujo; a
los artificiales contactos con celebridades, a viajes a lugares glamourosos ; a
sus visitas al gimnasio o a gastar miles de dólares en artículos de moda. Es
una pija de las que existen en las
sociedades occidentales ,que se quejan del strees
que supone organizar una fiesta o de que modelo ponerse.
Jasmine (Cate
Blanchett) vive en la zona más exclusiva de Manhattan junto a su marido (Alex
Baldwin), un financiero a lo Madoff, un estafador que acaba en la cárcel. Jasmine, acostumbrada a vivir en un mundo irreal, con una cuenta corriente ilimitada,
tiene que mudarse primero a Brooklyn y posteriormente viajar a San Francisco
,al modesto barrio de Mission donde vive su hermana, con la que apenas ha mantenido relaciones.
Jasmine es un personaje que vive en la mentira, porque su
nombre real, Jeanette, no estaba a su
altura social. Pero todo en su vida es
irreal. “Jasmine blue” es azul, es
decir, triste, deprimida, que bebe demasiado vodka, que habla sola, que no
puede estar sola porque todo se ha basado en el que dirán los demás sobre ella.
Su locuacidad, que nadie se pierda el inicio de la película con la llegada al
aeropuerto, es una manera de esconder sus miedos. Sus ropas de marca, una manera
de agarrarse al pasado, tanto como el recuerdo de una canción “Blue Moon” que
compartió con su marido.
La idea de hacer la película, según contó Woody Allen ,le vino de su mujer Soon Yi, quién le contó la historia de
una mujer de la clase más alta de
Manhattan que vivió una situación similar a la de Jasmine y tuvo que intentar reinventarse , de recuperar la realidad,
comprando en tiendas baratas y buscando un trabajo.
En” Blue Jasmine”,
Woody Allen ha vuelto a su mejor Nueva York, aunque sea en flasback, a los que
nos traslada desde el mundo real de San Francisco, el de la gente corriente, que
vive el día a día, al que vivía “Jasmine” y que ahora, de alguna manera,
nunca existió.
En la filmografía de Woody Allen, “Jasmine” tendrá cuanto menos la misma fuerza de otros de sus
personajes femeninos esenciales como Annie
Hall o Hanna. Lagrimas y sonrisas
en esta nueva comedia dramática del genio de Manhattan.
DURACION: 98’
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