LOS COLORES DEL TIEMPO ( Fra., Bel., 2024,124’)
DIR: Cédric Klapisch
INT.: Suzanne Lindon, Abraham Wapler, Vincent Macaigne, Zinedine
Soualem, Paul Kircher…
GÉNERO: Comedia Dramática
Cédric Klapisch, en la película que hace el número catorce en su filmografía, concibe un relato colorista, abierto y optimista entremezclando dos épocas de Francia y de París en particular.
Klapisch construye una comedia coral que ambienta a finales
del siglo XIX, en 1895 y nuestra época. Une con habilidad a los personajes de
ambas épocas para mostrarnos como era su vida y como sus descendientes viven en
la actualidad.
Cuenta como Adele, tras la muerte de su abuela que la ha
criado, decide dejar Normandía y viajar a París, para tratar de conocer a su
madre que la dejó cuando apenas contaba con un año de edad.
En los Colores del tiempo, se ha llevado a cabo un
minucioso montaje que nos permite saltar con agilidad de una a otra época.
Finales del siglo XIX, con el movimiento impresionista, el auge de la
fotografía y la irrupción del cine
En la ficción que construye Kaplish ( Una casa de locos(2002), Muñecas rusas (2005)) aparecen personajes reales como Monet, Victor Hugo o el fotógrafo Nadar porque, a su juicio las jóvenes generaciones deben ser conscientes de la creación artística de cada momento y que todo creador debería conocer los legados artísticos de los que bebe .
Adele pertenece a una época y sus descendientes a otra, aparentemente
muy distintas, pero se interrelacionan porque en realidad nada cambia. Los
cuatro herederos que representan a los demás, no se conocían entre sí, a pesar
de ser primos y van estableciendo hilos de amistad. Un profesor de literatura,
una ingeniera, un apicultor y un fotógrafo. Cuatro personajes que, junto a los
espectadores, van descubriendo la vida de sus antepasados, al mismo tiempo que
tratan de poner orden en sus vidas.
Un guion acertado para una historia contada con naturalidad
y con actores que muestran buena química. Los colores del tiempo nos
retrotrae a aquella ciudad maravillosa y creativa que recreó Woody Allen en Midnight
París y que nos hace estar cerca de dos horas disfrutando de la pantalla.
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