Un amigo me
avisó: Ha muerto Federico Luppi. Rebobiné y la memoria me llevó a recordar la
relación que mantuve con él quince o veinte años atrás. Asistencia a
festivales, comidas, largas entrevistas, premios que recibió ...En aquella época
trabajaba en Radio Exterior y los españoles que vivían fuera del país y los
iberoamericanos eran nuestras principales razones de ser.
El mundo de
la cultura iberoamericana tenía un hueco muy amplio en aquella emisora y
Luppi era uno de sus máximos
representantes. Le vi por primera vez en una obra de teatro "El gran deschave", en que
compartía escenario con Haydée Padilla, por entonces su pareja, y ya tuve
ocasión de hacerle una pequeña entrevista para la radio.Todavía no vivía en
España, donde se radicó en 2001 y pasó varios años entre nosotros antes de
regresar definitivamente a Argentina.
Federico
Luppi, actor de pura raza, un centenar de películas a sus espaldas y su
inconfundible cabello cano desde que le vimos en la pantalla. Una de esos
actores irrepetibles que junto a Héctor Alterio o Ricardo Darín se han hecho
enormemente populares entre el público de la comunidad iberoamericana. Luppi
fue tan admirado en España como ahora lo
es Darín.
Mucho antes que Guillermo del Toro le diera el espaldarazo internacional con "Cronos"(1993) la trayectoria de Luppi nos regaló a los que acudíamos a festivales como el iberoamericano de Huelva interpretaciones magistrales en filmes como "La Patagonia rebelde" (1974), de Héctor Olivera, "Plata dulce"(1982), de Francisco Ayala o varias películas de Adolfo Aristarain como "Tiempo de revancha" o "Últimos días de la víctima" incluso, uno de los filmes más emotivos que recuerdo, "Un lugar en el mundo"(1992) junto a José Sacristán.
Mucho antes que Guillermo del Toro le diera el espaldarazo internacional con "Cronos"(1993) la trayectoria de Luppi nos regaló a los que acudíamos a festivales como el iberoamericano de Huelva interpretaciones magistrales en filmes como "La Patagonia rebelde" (1974), de Héctor Olivera, "Plata dulce"(1982), de Francisco Ayala o varias películas de Adolfo Aristarain como "Tiempo de revancha" o "Últimos días de la víctima" incluso, uno de los filmes más emotivos que recuerdo, "Un lugar en el mundo"(1992) junto a José Sacristán.
Después de
su trabajo con Guillermo del Toro en Cronos,se convirtió en un clásico de
nuestro cine con nuevos títulos de Aristarain, del que fue su actor fetiche,
como "Martín (Hache)" o "Lugares
comunes", además de otro filme capital como es "Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto", de
Agustín Yáñez , que nos mostraba a un Luppi implacable y sin piedad muy alejado
por ejemplo de aquel romántico maduro de "Sol de otoño" de Eduardo Mignona, que fue otro de los grandes
éxitos del cine argentino en España y que tuvo un gran apoyo en festivales iberoamericanos como el de Lleida,del que Luppi llegó a ser presidente de honor.
Un actor sólido y convincente en cualquiera de sus papeles. La última ocasión en que le vimos fue este mismo año en un thriller: "Nieve negra", junto a Darín, y otro de los grandes actores argentinos, Leonardo Sbaraglia, y volveremos a verle en la que ha sido su película póstuma "Necronomicón:el libro del infierno" basada en el universo de H.P Lovecraft.
En una
entrevista de hace unos meses pidió para sí una muerte casi mágica: "Me
gustaría descender lentamente por el lado oscuro de la luna pero, con
dignidad".
Estoy seguro
que esa dignidad que siempre demostró le ha hecho un hueco entre las estrellas.
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