"Lejos del mar", la última película del veterano
realizador Imanol Uribe, que acaba de estrenarse, aborda uno de los temas más
recurrentes de su filmografía: la banda terrorista Eta. "El proceso de Burgos" "La fuga de
Segovia", "La muerte de Mikel", "Días contados" e
incluso "Plenilunio"
abordan de una u otra manera temas relacionados con la banda y su entorno.
En "Lejos del mar", Uribe trata de ahondar en la relación entre víctima y verdugo. Tras cumplir una condena de 22 años por asesinar a un militar, un ex-etarra Santi (Eduard Fernández) arrepentido de su crimen busca encontrar la paz en Cabo de Gata, en Almería. En un encuentro casual conoce a una joven (Elena Anaya) que resulta ser la hija del militar asesinado, cuando ella sólo tenía ocho años.
Tras una
serie de circunstancias, se establece una relación entre ambos, en la que ella se muestra desconcertada, incrédula de lo
que le está ocurriendo y de lo que le ocurrió en el pasado. Se siente atraída
pero al mismo hay un sentimiento de rechazo. Recuerda la relación que mantienen Sigourney Weaver y
Ben Kingsley en "La muerte y la
doncella" de Polansky o "Portero
de noche" de Liliana Cavani con Dirk Bogarde y Charlotte
Rampling. Santi y Marina los dos
personajes centrales de "Lejos del
mar" tratan de huir de su pasado por motivos muy diferentes.
Como dice Marina, en un determinado momento,
"no se trata de que te perdone
Santi. Se trata de poder olvidar".
Seguramente ninguna de las víctimas podrá olvidar jamás todo ese horror
que se vivió durante años en España. El cine es testimonio de lo que ocurrió e
Imanol Uribe lo ha hecho con esta y otras películas porque como dijo en una
rueda de prensa: "Hay mucha gente
que quiere pasar página del tema de Eta, pero creo que el pus aún tiene que
salir".
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