Ocurre que todos hemos pensado alguna vez, que tenemos la
mejor idea del mundo y que si la llevamos a la práctica tendremos una legión de
seguidores. No importa si la idea que trasladamos, por ejemplo a la pantalla, es
aburrida, reiterativa o excesivamente larga y es exactamente lo que ocurre
con “Más allá de las colinas”, la
última película del realizador rumano Cristian Mungiu que me sorprendió positivamente hace unos años con “ Cuatro
meses,tres semanas y dos días” que, a través de un aborto clandestino, retraba
la sordidez ,el silencio y el miedo en la Rumania de Ceacescu.
“Más allá de las colinas” está varios peldaños por debajo de aquella película, sin negar que el director sabe su oficio y que hay
algunas secuencias y planos sobresalientes. También ha demostrado que es un
excelente director de actores. Cosmina Stratan y Cristina Flutur hacen una gran
interpretación en su primera película, tal y como reconoció el jurado del
festival de Cannes que les otorgó ex –aequo
el premio a la mejor actriz.
La película cuenta el regreso a su pueblo natal, en Rumania,
de Alina una joven de 25 años, que ha estado un tiempo trabajando en
Alemania. Quiere que Voichita, su única amiga en el orfanato donde
pasaron muchos de su vida, se vaya con ella ya que es la única persona a la que ha querido
y con la que se siente protegida.
Ocurre que Voichita se ha hecho monja y vive en un convento
en el que práctica la religión ortodoxa. Dios es su único amor y refugio y Alina ocupa un segundo plano.
Todos los intentos de Alina para que Voichita la
acompañe a Alemania resultan inútiles. Su amiga está como abducida en un
ambiente represivo y lleno de austeridad, en que las únicas normas son la que
dicta el sacerdote que está al frente de la pequeña comunidad de monjas.
Los ataques que sufre Alina, impotente para volver a
atraerse a Voichita, hace que la consideren endemoniada y la someten a un brutal exorcismo que tendrá graves
consecuencias y el inicio de una investigación policial.
“Más allá de las colinas” basada en una historia real ocurrida en 2006,
trata sobre el peligro de las creencias llevadas al límite. Todo lo que cuenta
Mungiu es intenso y dramático pero es repetitivo y para mi gusto no excesivamente
bien narrado, a pesar del premio al mejor guión que también recibió en Cannes.
El problema es que necesita 2 horas y 35
minutos para contar algo que hubiese sido mucho más eficaz si lo hubiera dejado
en 90 minutos.
Esa duración excesiva; la reiteración en los mismos
hechos una y otra vez y el tono neutro
que tiene la película, con la cámara como testigo mudo del ambiente
claustrofóbico del convento, hacen de “Más allá De las colinas”, una
película aburrida y falta de ritmo
narrativo.
Aunque como hay
opiniones para todos los gustos, a la salida del pase, escuché como algunos de
los asistentes hablaban maravillas del filme y llegaban a catalogarla de obra
maestra, en la línea del mejor cine danés y del mejor Carl Theodor Dreyer, en
particular. Bueno, a lo mejor resulta, que soy yo el equivocado.
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