NAPOLEÓN: ORGULLO y AMBICIÓN

 

NAPOLEÓN .- ( EEUU.2023.158’)

DIR: Ridley Scott

INT.: Joaquin Phoenix, Vanessa Kirby, Tahar Rahim, Bern Miles, Ludvine Saignier, Rupert Everett, Matthew Needham

 

A diferencia de otros directores octogenarios que acaban de estrenar como Woody Allen o Ken Loach; Ridley Scott se siente como pez en el agua con filmes de carácter épico, acción y efectos como fueron los casos de Gladiator, Alien, el octavo pasajero o Blade Runner. No ha habido género que se le haya resistido, aunque me inclino en que sus mayores éxitos han estado en los títulos citados y seguramente “Thelma y Louise”, un icono del feminismo.

Grandes personajes que entremezclan verdad y leyenda han formado parte de su extensa filmografía como son los casos de Robin Hood, Espartaco, Colón, con aquella “1492.La conquista del paraíso” o  ahora de Napoleón con Joaquín Phoenix interpretando al emperador.

Tengo que decir que me he quedado como estaba que, siendo un buen producto cinematográfico, el filme no me produce emoción. Todo es correcto y tan solo sobresale entre las más de doscientas versiones que se han llevado a la pantalla, sobre el mítico estratega y ambicioso emperador, la obsesión que tenía por Josefina, sin duda, la mujer de su vida, a la que siempre estuvo unido, incluso después de la disolución de su matrimonio.

La acción se sitúa en la Francia de 1792, en una época en que se vivía un auténtico régimen de terror, con innumerables excesos surgidos de la Revolución de 1789. Además, Inglaterra amenazaba y el joven Napoleón fue el primero en derrotar a los ingleses cuando ocuparon la ciudad de Toulon, con el apoyo de los monárquicos que, se oponían al régimen revolucionario.

El éxito en la reconquista de Toulon supuso el ascenso del joven Bonaparte a general de brigada. De ese mismo puerto saldría unos años después en la expedición a Egipto donde continuo con sus batallas.

En el filme se muestran batallas como la de Austerlitz, la toma de Moscú sin ninguna resistencia como consecuencia de una estratagema de los rusos que llevó a la derrota al ejército napoleónico y posteriormente su debacle definitiva en Waterloo, a manos del duque de Wellington.

Ridley Scott ha pretendido hacer sobre todo un retrato íntimo del autoproclamado emperador de Francia, un hombre que participó en 66 batallas, que era ambicioso, orgulloso, pero también vulnerable. Un hombre que se consideraba invencible y que acabó derrotado no sin antes  provocar la muerte en Europa de unos seis millones de personas entre militares y civiles.

Scott, según ha comentado en alguna de las entrevistas que ha concedido, asegura que para él es más difícil rodar la relación de alcoba y los diálogos entre Napoleón y Josefina que rodar las secuencias de batalla, con centenares de extras, caballos y utilizando 11 cámaras. Ambientación, vestuario, efectos, cuidados al detalle, aunque no se podía esperar menos de una producción que ronda los doscientos millones de dólares. Joaquín Phoenix no me ha parecido el mejor Napoleón posible y si, en cambio Vanessa Kirby, sabe dotar de sensualidad, picardía y cierta ironía el personaje de Josefina.

Ninguna referencia a España y a la guerra de la Independencia y eso que la película vivió su prestreno en España en el Museo de El Prado, entre los cuadros de Goya.

“Napoleón”, lo nuevo que estrena Ridley Scott quién ya tiene en marcha su nueva película que es una secuela de Gladiator. Sigue al pie del cañón, cuando el próximo día 30, cumplirá 86 años.

ES RECOMENDABLE VERLA, PERO ES DEMASIADO LARGA