Estoy en
Colombres(Ribadedeva) un pueblecito de Asturias lindando con Cantabria donde
destaca la huella que los indianos dejaron en la localidad, donde construyeron
grandes mansiones que demostraban el éxito que habían tenido en su aventura
americana. Muchas de estas mansiones han pasado a manos del gobierno del Principado
que las ha dedicado a centros de cultura, instituciones públicas o museos como
el que podemos admirar dedicado a la emigración . La llamada Quinta Guadalupe,sede
del museo, situada en el centro de la localidad, frente al ayuntamiento, fue
construida en 1906 por Iñigo Noriega Laso, un emigrante de Colombres que hizo
fortuna en México.
Se trata de
un palacete que es un claro exponente de la arquitectura indiana de la cornisa
cantábrica rodeado de jardines y con tres plantas que ahora acogen “La
Fundación Archivo de Indianos. Museo de la emigración”, que es la huella que
dejaron muchos de los asturianos que emprendieron la aventura americana
buscando mejorar la situación de pobreza o de miseria en que vivían. Es la
aventura americana de los asturianos pero también de los gallegos, vascos,
andaluces o extremeños que buscaron en países como México, Cuba, Argentina o
Estados Unidos, mejorar sus vidas y la de los suyos. Los que construyeron
aquellos palacetes consiguieron sus objetivos pero otros muchos, la mayoría,
pasaron por infinidad penalidades y debieron regresar o quedarse en aquellos
países sin poder reencontrarse nunca con los familiares que dejaron atrás.
Entre los
numerosos objetos que pueden verse en el museo me llaman la atención las
fotografías, como la que se e llorando a un padre y a su hijo, de unos 10 años,
poco antes de que aquel partiera. ¿Se volverían a ver alguna otra vez en su
vida? Aquellos viajes,con un mínimo de 18 días de navegación, en no
precisamente las mejores condiciones, con salas de literas en que se hacinaban
los hombres, tenían su origen muchos de ellos en el puerto de Cádiz como queda
reflejado en numerosos de los documentos que pueden verse en este trabajado
museo de nuestra historia y de nuestro pasado no tan lejano.
Viendo las
dificultades por las que pasaron nuestros emigrantes para forjarse un presente
y un futuro sigue doliendo que la Unión Europea siga sin encontrar soluciones a
las riadas de inmigrantes que llegan a nuestras costas o las italianas como si
el problema fuese únicamente de los países del sur. Siempre habrá inmigrantes
mientras exista una mínima posibilidad de mejorar sus vidas ya sea por motivos
económicos o políticos. Por muchas barreras que se quieran poner, nada detendrá
la marea migratoria mientras no se encuentren soluciones que permitan que todas
esas personas que se juegan la vida por alcanzar el sueño europeo, no tengan en
sus países un lugar digno en que vivir.
PUBLICADO VOZ DE CADIZ 24-8-14
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