En el festival de cine alemán que se celebra en Madrid comencé
viendo "Fukushima, mon amour"
de una realizadora ya clásica, referente de la cinematografía alemana como es
Doris Darrie, autora de títulos como "Hombres,
hombres" o "Nadie me
quiere" , comedias que en los inicios de este siglo dieron paso a su
fascinación por Japón , al interés que despierta en ella el país asiático y que
ha trasladado a los espectadores en "Sabiduría
garantizada"(2000), "Cerezos
en flor" (2008) y el filme que nos ocupa actualmente "Fukushima mon amour ".
Es un filme
emotivo y la primera vez que una cineasta se acerca a los supervivientes de
Fukushima tras el tsunami y la catástrofe nuclear acaecida en 2011.
La protagonista
de la película es una joven alemana (Rosalie Thomass) que viaja a Japón huyendo
de un fracaso sentimental. Pertenece a una compañía de payasos que intenta
devolver la felicidad y la esperanza a los habitantes de Fukhusima. Ya no
quedan jóvenes, se han ido de la ciudad. Solo los mayores se resisten a dejar
sus casas, aunque vivan en edificios prefabricados , tienen la remota
posibilidad de regresar algún día. Solo Satori, la última geisha, hace caso
omiso de la alta radioactividad que hay en su antigua casa y se dispone a
reconstruirla tanto como su pasado y las heridas que le produjeron la muerte de
personas cercanas.
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Doris Därrie,en el centro,flanqueada por la intérprete y la coordinado regional de German Films |
En la rueda
de prensa que hubo con posterioridad a la proyección, Doris Darrie, comentó que
el título que eligió que recuerda a la mítica "Hiroshima,mon amour", de Alain Resnais, era una manera de
rendir homenaje al pueblo de Japón .
En su
película busca el contraste entre el Japón tradicional y el actual a través de
la mirada de la joven clow que tras muchas dudas, establece una relación de
amistad y complicidad con la última geisha , dejándose seducir por las
canciones y las tradiciones y comprendiendo como puede haber belleza en un
paisaje desolado , en el que habitan los fantasmas de quienes tuvieron que
dejar precipitadamente esta tierra como consecuencia del tsunami.
"Fukhusima, mon amour", desprende poesía. Rodada en
blanco y negro, casi como un homenaje a los grandes maestros japoneses, la
`película describe la desolación que se
vive en la zona a causa de tsunami y el accidente nuclear. Darrie es una clara
detractora de la energía nuclear y recuerda que mientras en Alemania se han
buscado energías alternativas, en Japón hay todavía más de medio centenar de
centrales activas, siendo un país con frecuentes movimientos sísmicos.
A pesar de
estos datos preocupantes, la cineasta alemana demuestra que sigue creyendo en el ser humano, que confía
en que seamos capaces de superar nuestros problemas . "La esperanza-dijo en la rueda de prensa-
es algo muy importante para mí, creo que
mi objetivo es abrir puertas y que los espectadores no salgan tristes o
deprimidos cuando termine mi película.
Junto a
actores profesionales, la cineasta alemana ha contado con los propios
residentes del centro de acogida y por ejemplo, comentó, el monje que cuida de esta comunidad cuenta su propia historia. Desde
que ocurrió la catástrofe no puede reir, ni llorar. Según me dijo, su
participación en la película le ayudó mucho emocionalmente.
Doris Darrie
contó que el personaje de la geisha se basó en un reportaje aparecido en el New
York Times sobre la última geisha que sobrevivió al tsunami y que fue
trasladada a una residencia de ancianos. Tres jóvenes geishas, cuando leyeron
el artículo, se interesaron por ella, para conocerla y aprender , y en particular, una canción que, para mí,
es el legado de la película.
Afortunadamente "Fukushima,mon amour", si se verá comercialmente en España
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