DIAS DE PESCA EN LA PATAGONIA.UNA EXCELENTE HISTORIA MÍNIMA

Siempre he tenido debilidad por el cine de Carlos Sorín No es una filmografía extensa, apenas ocho películas, pero ha sido capaz, como nadie, de describirnos paisajes humanos en la inmensidad de una paisaje físico, la Patagonia que no puede dejar indiferente a nadie.

Esta semana acudí  a Casa de América para asistir al pase de “Días de pesca en la Patagonia” y posteriormente, por la tarde, a la presentación oficial del ciclo que recoge algunos de los títulos del cineasta argentino, como “Bombón el perro”, “Historias mínimas” y “La ventana”.

Carlos Sorín en Madrid

 Sorín es un cineasta que trasmite la misma sensación de bonhomía que los protagonistas de sus películas. Y lo hizo en la presentación en que habló de esa fascinación que la Patagonia ejerce sobre él. En su cine hay  quietud, como si el tiempo se detuviera, para contarnos lo que puede ocurrirnos a cualquiera de nosotros, a cualquiera de esos personajes cercanos que en la mayoría de su cine no son profesionales.

“Días de pesca en la Patagonia”, cuenta como Marco(Alejandro Awada), viajante de comercio en Buenos Aires, toma unos días de vacaciones para salir a pescar tiburones. Acaba de dejar el alcohol después de una cura de desintoxicación y le han recomendado que busque un hobby.

No hay prisa en la inmensidad de la Patagonia. Si hoy no se puede pescar se hará mañana o pasado. Si no ha llegado la gasolina a la estación de servicio no hay que enfadarse habrá que esperar dos o tres horas. Si fallan las comunicaciones tampoco hay que apurarse…

Lo  que  ocurre es que Marco a sus 52 años nunca ha sabido pescar y que en el fondo la razón de su viaje es reencontrarse con su hija de la que hace muchos años que no sabe nada. Hay una pasado oscuro que Sorin no nos revela,no hace falta.  Su hija, Ana(Victoria Almeida), está casada y tiene un bebé. Marco quiere reconciliarse con ella para hay heridas que tardan mucho tiempo en cerrarse.

El cine de Sorín me gusta por su naturalidad, por la cercanía de sus personajes, por esas historias mínimas que nos trasmite  de gente corriente  que  ve pasar la vida en el mundo del fin del mundo, parafraseando al chileno Luis Sepúlveda.

Sorín es el cineasta de la Patagonia, como el también chileno Francisco Coloane y el propio Sepúlveda, son los escritores de este lugar mítico y perdido .Nos lo ha vuelto a demostrar con estos días de pesca que ha redondeado, no podía ser de otra manera, en 80’de duración.

MUNDO PEQUEÑO: Una lección de vida

Cargado solo con su imaginación, su coraje y su silla de ruedas, Albert Casas, un joven de 20 años  lleva algunos años recorriendo el mundo, sin apenas dinero y  con un pequeño equipaje.

El documental “Món petit”(Mundo pequeño),dirigido por Marcel Barrena, que ha tenido una excelente acogida en los numerosos festivales en que se ha presentado, es una lección de vida y la demostración de cómo pueden vencerse las dificultades, por muy espinosas que resulten.

“Món petit” muestra la historia de superación de Albert Casas que a los cinco años sufrió una leucemia cuyas consecuencias acabarían postrándole en una silla de ruedas. Desde entonces y gracias a la educación de su familia y al carácter optimista del propio Albert , su vida se ha convertido en una aventura constante.

En los primeros fotogramas de “Món petit”, Albert rememora los innumerables países que ha conocido y como su proyecto es llegar al punto del planeta más alejado de Barcelona, de su casa y que se encuentra en un faro de Nueva Zelanda. En este viaje le acompaña su novia Anna, a la que también iremos conociendo a lo largo del metraje gracias a las opiniones de sus padres y amigos.

La aventura que emprenden los dos jóvenes es narrada de forma natural y cercana .gracias también al montaje definitivo que incluye videos caseros  nunca vistos, y que ofrecen una imagen más cercana de la infancia y adolescencia de Albert que, a sus 20 años es ya una persona  muy conocida en Barcelona por los libros de viaje que ha escrito sobre sus aventuras.

“Món petit” es una película con fuerza, optimista, que habla de libertad, solidaridad, amistad, amor… De un chaval  que contagia con su risa y al que el peor regalo que podrías hacerle, como dice la mujer de su padre, es invitarle a un viaje organizado.

En su viaje  a Nueva Zelanda hay buenos y malos momentos pero está convencido, de poder superar cualquier obstáculo porque tiene que alcanzar el lugar más alejado de su casa y así poder ver amanecer antes que en cualquier otro lugar del planeta. 

LOS AMANTES PASAJEROS Y LOS SUFRIENTES ESPECTADORES

A Pedro Almodóvar se le ha ido la olla o nos ha tomado el pelo. Durante 90’ minutos he buscado un instante para reírme, siquiera sonreír , pero lo que he visto en pantalla me ha parecido grotesco y anacrónico. La esperada película del director manchego, su vuelta a la comedia, produce de todo menos risa.

Soy de los que cree  que Pedro Almodóvar tiene excelentes películas, ¿Qué he hecho yo para merecer esto?, Mujeres al borde de un ataque de nervios, Volver… ; notables cintas Átame , Carne Trémula, Hable con ella… y títulos tan olvidables  como Matador, la Mala Educación ,Los abrazos rotos, o La piel que habito…

“Los amantes pasajeros”  se une a estos últimos títulos en grado superlativo. Ni guión, ni diálogos, ni gags y casi me atrevería a decir que ni actores, porque todos actúan por debajo de sus posibilidades. No tiene fuerza ninguno de los personajes…

Hay una canción que cantaba aquella extraña pareja formada por Enrique y Ana , dirigida al público infantil y que se titulaba “Caca,culo,pedo pis…” Aquí Almodóvar no se muy bien a quién se dirige, porque la modernidad de los ochenta  peina canas, pero la lectura de los diálogos nos lleva a “Pene(por suavizar),culo,pedo,tripis…No va más allá . Su película, ha dicho Almodóvar , más gay, más homosexual y más todo .Y  a mí,espectador, qué.

El cine no tiene sexo una película te gusta por lo que encierra, porque te divierte, te conmueve, te seduce o te hace soñar. El cine es mucho más que decir que si a todo lo que nos llega y “Los amantes pasajeros” se cae de principio a fin.

Un vuelo en el que clase turista está dormida ,para que no moleste, y  en que viajan en businees una actriz (Cecilia Roth) que alardea de haberse acostado con los 600 personajes más importantes del país ; una vidente, Lola Dueñas( que espera perder su virginidad en el vuelo); un actor(Guillermo Toledo) que colecciona amantes despechadas(Paz Vega y Blanca Suárez); un asesino a sueldo (el actor mexicano Jose María Yazpik) que lee 2666 la novela de Roberto Bolaño;  un traficante(Miguel Angel Silvestre) que viaja en luna de miel (Laya Martí es la novia) y un banquero corrupto (José Luis Torrijo) que intenta huir de la justicia.

 

Junto a ellos la tripulación, con tres azafatos gays (Javier Cámara,Raúl Arévalo y Carlos Areces); un piloto bisexual (Antonio de la Torre) y un copiloto(Hugo Silva) que se define heterosexual  pero que, en el fondo, tiene otras inclinaciones….

Todo este cóctel me ha retraído en el tiempo y creo que “Los amantes pasajeros” contiene elementos del  vazquismo;  del landismo; del pajarismo y estesismo y del ozorismo…En aquellas los protagonistas eran machos hispanos ahora la diferencia es que son gays hispanos.

Ah, Pênelope Cruz y Antonio Banderas hacen un cameo al inicio de la película; el avión viaja a México y se llama Chavela Blanca, como homenaje a Chavela Vargas y  la avería que sufre le hace dar vueltas sobre La Mancha y aterrizar en uno de esos aeropuertos creados para satisfacción del político de turno y despilfarro de los bienes públicos. Un  aeropuerto irremediablemente vacío como el contenido de estos amantes pasajeros.

                        

UN ASUNTO REAL : CORRUPCION EN LA CORTE

 En la cartelera, todavía repleta de títulos oscarizados, hay una película que no resultó premiada y que optaba en el apartado a mejor película en lengua no inglesa. Se trata de “Un asunto real”, producción danesa dirigida por Nicolaj Arcel, guionista de la versión sueca de “Los hombres que no amaban a las mujeres” y que ganó en Berlín el premio al mejor guión y mejor actor  para Mads Mikkelsen.

 “Un asunto real” es una excelente película, de una gran factura técnica, con ambientación y fotografía exquisitas . Una lección de historia en clave universal y contemporánea. Porque “Un asunto real” que nos lleva a 1769 nos habla de mentira, de secretos de alcoba, de ambición, de chantaje o de corrupción. Han pasado dos siglos y medio, pero ¿a qué no suena raro?.

La narración se sitúa en la corte danesa del Rey Christian y de su esposa inglesa Carolina Matilde en unos años en que las ideas de la ilustración francesa comienzan a expandirse por Europa frente al viejo régimen. El pueblo muere de hambre y enfermedades mientras la aristocracia y el clero controlan los consejos de estado y legislan en beneficio propio.

El Rey, al que todos llaman “loco” es extravagante, voluble y fácil de manejar  por los miembros del Consejo. La llegada a la Corte de un  médico alemán, Johan Friedrich Struensee, de ideas librepensadoras, que se convierte en el principal consejero del Rey, supone un intento de modernizar Dinamarca y ayudar a las clases más desfavorecidas en detrimento de los nobles y el clero, algo que no pueden tolerar.

 “Un asunto real” habla de amores prohibidos y apasionados pero, sobre todo hay una lectura social y política al introducirnos en los entresijos del poder, en las ambiciones, venganzas y  chantajes a los que antes aludía.

“Un asunto real”es una bella historia nada edulcorada y que cuando termina nos produce la sensación de que no ha pasado el tiempo y de que la historia se repite continuamente.

Es un “asunto real” porque, viéndola ,tengo la sensación de que estoy viviendo en 1769.

AQUI Y ALLA: EL DRAMA DE LA INMIGRACION

No  es la primera vez ,ni tampoco será la última que un  cineasta europeo cuente el drama de la inmigración mexicana a Estados Unidos. Lo hizo, sin ir más lejos, el maestro José Luis Boráu con “Río Abajo”, aquella película que tantos problemas económicos le ocasionó. Boráu a principios de los 2000,en el festival de Málaga, me dijo que aquella historia la habría situado en España  que por aquel entonces, era una de las sedes principales de la inmigración mundial.

En el caso del madrileño Antonio Méndez Esparza parece que su interés por la inmigración mexicana parte del tiempo que ha pasado estudiando en Nueva York. “Aquí y allá”, ganó el premio de la crítica en la última edición del Festival de Cannes y cuenta el regreso a su pueblo natal , Copanatoyac, en el estado de Guerrero, de un joven mexicano quién se reencuentra de esta manera  con su mujer y sus dos hijas a las que no veía desde hacía muchos años.

Antonio Méndez fraguó su película cuando conoció a Pedro de los Santos en Nueva York que regresaba a Copanatoyac  donde quería  fundar un grupo de música. Le acompañó y así nació la película. Pedro fue el actor protagonista y el resto del reparto lo completan habitantes del pueblo que no son actores profesionales, lo que da al filme un tono realista que oscila entre la ficción y el documental.

“Aquí y allá” incide en la necesidad de emigrar para intentar conseguir una vida digna. Hay un corrido que escuchamos en diferentes momentos de la película y cuya letra dice “que yo no quiero ser pobre y tampoco rico, solo gente sencilla…

Esa sencillez y cotidianidad es lo que percibimos en el regreso de Pedro a su casa, con los suyos, y como se esfuerza en conseguir trabajo para poder mantenerlos.”Aquí y allá”  respira honestidad pero carece de emoción y  resultan tediosas con sus interminables planos fijos que no aportan nada nuevo . Hay demasiado academicismo  y frialdad en un tema que interesa, que nos interesa y que parece estar abocado al aburrimiento. Los problemas sociales, la pobreza, el desempleo, la inmigración deben mover nuestras conciencias pero no animarnos a dejar la sala o lo que es peor, a ni siquiera entrar.