10/20/2017

FEDERICO LUPPI: UN LUGAR ENTRE LAS ESTRELLAS

Un amigo me avisó: Ha muerto Federico Luppi. Rebobiné y la memoria me llevó a recordar la relación que mantuve con él quince o veinte años atrás. Asistencia a festivales, comidas, largas entrevistas, premios que recibió ...En aquella época trabajaba en Radio Exterior y los españoles que vivían fuera del país y los iberoamericanos eran nuestras principales razones de ser.
El mundo de la cultura iberoamericana tenía un hueco muy amplio en aquella emisora y Luppi  era uno de sus máximos representantes. Le vi por primera vez en una obra de teatro "El gran deschave", en que compartía escenario con Haydée Padilla, por entonces su pareja, y ya tuve ocasión de hacerle una pequeña entrevista para la radio.Todavía no vivía en España, donde se radicó en 2001 y pasó varios años entre nosotros antes de regresar definitivamente a Argentina.
Federico Luppi, actor de pura raza, un centenar de películas a sus espaldas y su inconfundible cabello cano desde que le vimos en la pantalla. Una de esos actores irrepetibles que junto a Héctor Alterio o Ricardo Darín se han hecho enormemente populares entre el público de la comunidad iberoamericana. Luppi fue tan admirado en España  como ahora lo es Darín. 
Mucho antes  que Guillermo del Toro le diera el espaldarazo internacional con "Cronos"(1993) la trayectoria de Luppi nos regaló a los que acudíamos a festivales como el iberoamericano de Huelva interpretaciones magistrales  en filmes como "La Patagonia  rebelde" (1974), de Héctor Olivera, "Plata dulce"(1982), de Francisco Ayala o varias películas de Adolfo Aristarain como "Tiempo de revancha" o "Últimos días de la víctima" incluso, uno de los filmes  más emotivos que recuerdo, "Un lugar en el mundo"(1992) junto a José Sacristán.

Después de su trabajo con Guillermo del Toro en Cronos,se convirtió en un clásico de nuestro cine con nuevos títulos de Aristarain, del que fue su actor fetiche, como "Martín (Hache)" o "Lugares comunes", además de otro filme capital como es "Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto", de Agustín Yáñez , que nos mostraba a un Luppi implacable y sin piedad muy alejado por ejemplo de aquel romántico maduro de "Sol de otoño" de Eduardo Mignona, que fue otro de los grandes éxitos del cine argentino en España y que tuvo un gran apoyo en festivales iberoamericanos como el de Lleida,del que Luppi llegó a ser presidente de honor.


Un actor sólido y convincente en cualquiera de sus papeles. La última ocasión en que le vimos fue este mismo año en un thriller: "Nieve negra", junto a Darín, y otro de los grandes actores argentinos, Leonardo Sbaraglia, y volveremos a verle en la que ha sido su película póstuma "Necronomicón:el libro del infierno" basada en el universo de H.P Lovecraft.
En una entrevista de hace unos meses pidió para sí una muerte casi mágica: "Me gustaría descender lentamente por el lado oscuro de la luna pero, con dignidad".
Estoy seguro que esa dignidad que siempre demostró le ha hecho un hueco entre las estrellas.



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