2/10/2013

TARANTINO ES "DJANGO"



Nunca ha sido santo de mi devoción. Creo que Tarantino se excede en la violencia y que la sangre es un  elemento esencial en su cine. La violencia por la violencia, aunque sea en tono de parodia, nunca me ha agradado, por eso, Django encadenado sea para mí, una de sus películas que he visto con mayor agrado. No es que no haya sangre y muerte, por supuesto que Tarantino se entretiene llenando la pantalla de cadáveres ,pero lo veo más justificado y en la línea argumental del filme, más comedido que en otras de sus películas.
Tarantino, como el año pasado los hermanos Coen (“Valor de Ley”) han revitalizado el western, que durante sesenta años formó parte de la propia historia del cine y que posterioridad, entre desaparición del género o resurrección, ha dado grandes filmes como aquella excelente “Sin  perdón” de Clint Eastwood.
En este nuevo siglo el  género por excelencia del cine norteamericano ha resucitado  gracias a dos espléndidas películas. Mientras los Coen apostaron por el western hollywodiense y  homenajearon a John Wayne, su principal icono; Tarantino ha mirado algo más lejos y se ha ido al Spaghetti western  que, en los sesenta hizo revivir el género de la mano de Sergio Leone  con títulos como “Agáchate maldito”, “La muerte tenía un precio” o  “ El bueno, el feo y el malo” y que aprovecho para recomendar a quienes todavía no las han visto .



Christopher Waltz y Jamie Foxx,al acecho
Quentin Tarantino ha mirado ese “spaguetti western” y ha elegido el nombre de uno de los personajes emblemáticos “Django”(1966), creado por Sergio Corbucci otro de los grandes del “spaghetti”. En las más de dos horas y media que dura la película hay tiempo para no aburrirse. Pasa de todo y  a un ritmo trepidante. Hay cazarrecompensas, amor imposible, racismo, ku-klux klan, ahorcados, terratenientes, forasteros, sheriffs o esclavos absolutamente sumisos. También hay una relación de amistad interracial y una velada crítica a la falta de mostrar el racismo y la esclavitud en el western, como también ocurriera con  la explotación y aniquilación de los indios que fueron los personajes demonizados cuando, en realidad fueron ellos los que fueron expulsados de sus tierras.

En primer plano el malvado DiCaprio y el no menos cruel Samuel L. Jackson
 Tarantino sigue siendo brillante en los diálogos, en la fortaleza de su guión y en sacar excelente partido de sus actores.  Me quedo con algunas secuencias magistrales como el enfrentamiento de Django en la casa de un excelente Leonardo di Carpio, con todo bicho viviente, que siguen removiéndose después de muertos gracias la fuerza de las balas---
Campos de algodón teñidos de sangre.

También recordaré esos campos de algodón enrojecidos o al personaje  del negro anciano, que se toma muy a pecho el papel de guardián de su amo y para ello es capaz de denunciar o castigar a cualquier otro negro.
“Django” tienen cinco candidaturas a los oscar. Lo tiene difícil pero si es una película con la que pasar un  buen rato, eso sí sabiendo que el rato es largo y que quizá Tarantino, el chico que amó al cine a través de los videoclubs, podría haber reducido unos cuantos minutos su duración final.

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