10/05/2012

EL LADRON DE PALABRAS



Aunque uno no sea un experto en la lengua de Shakespeare da gusto escuchar en el cine las voces originales de grandes actores como Jeremy Irons o Dennis Quaid. La dicción, la manera de enfatizar, el timbre …hacen más próximas y creíbles las historias que nos llegan de Hollywood  . Ambos junto al joven Bradley Cooper, Zoe Saldana, Olivia Wilde o Nora Azevedo forman parte del reparto de “El ladrón de palabras”, película que no se verá en la salas hasta dentro de unas semanas.



“El ladrón de palabras”, es una historia  escrita por los guionistas  Brian Klugman y Lee Sthendal  que debutan de esta manera en la dirección. Su debut es prometedor porque construyen una trama en la que nos planteamos cuestiones como la creatividad, la ambición, la fama o la ética en una narración que se sustenta en tres soportes que se complementan.  Un joven escritor(Bradley Cooper) que no encuentra el editor que publique su obra obtiene finalmente un gran éxito  con una novela que encuentra por casualidad dentro de una vieja cartera durante su viaje de novios a París.
Un manuscrito manoseado, emborronado , y amarillento por el paso del tiempo le da la posibilidad  de publicar una novela que le convierte en el autor de moda. ¿Pero de quién son esas palabras?, ¿De quién es esa historia de juventud, amor, dolor y también desesperanza?, ¿quién es el autor del manuscrito ambientado en la Francia de posguerra?.



El autor plagiado (Jeremy Irons) es el segundo soporte de la historia. Su única novela nace de los sentimientos, de sus propias vivencias y por eso ,más que el hecho de que le hayan robado las palabras, está la sensación de que se han apropiado de su propia vida.
El tercer soporte de la historia lo encontramos en el escritor de éxito(Dennis Quaid), ya maduro y  deseado por una jóven que también quiere triunfar en el mundo literario. Quizá sea el único personaje real de la trama y todo lo demás pertenezca a la ficción. ¿Dónde está el limite entre realidad y ficción?.

 Como digo Brian Klugman y Lee Stenthal han construido una película convincente a la que le sobra la sofisticación de la puesta en escena y un excesivo glamour  que resulta empalagoso en el discurrir de la historia. Los personajes resultan fríos y están carentes de la pasión que deberían trasmitirnos. De

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