5/19/2012

TRES VECES VEINTE





Tres veces veinte



Los suecos celebran el paso del tiempo. Década a década convocan a los amigos para que sean testigos y partícipes de que siguen viviendo. . Y lo hacen disfrutando al  máximo , uniendo a su idiosincrasia la de españoles de adopción que tienen desde que sus padres se asentaron en nuestro país en los años cincuenta y sesenta.
Sesenta era la cifra que cumplía uno de los integrantes del grupo. Español casado con sueca que congregó en Altea, en la costa alicantina, a una veintena de amigos españoles ,finlandeses, haitianas, y por supuesto, suecos . Más de una veintena de amigos que durante casi tres días comieron, bebieron, cantaron y hasta caminaron más de diez kilómetros por la Sierra Gelada, un parque natural desde el que se domina el Mediterráneo.






Desde el faro pensé en “El viejo y el mar” y decidí que todavía se podía aplazar, por lo menos hasta la próxima década. Ernest Hemingway escribió aquel libro sesenta años atrás, en 1952 y desprendió poesía en aquella historia que nos habla de sentimientos, de lucha, de amistad y del paso del tiempo.
Seguí mirando atrás y me apoyé más en la “Sinfonía de Juventud” de Prokofiev  que compuso aquel año. No se confundieron los rostros de los que habían alcanzado la cima. Los que estaban en el faro eran tan jóvenes como treinta años atrás.
Después, seguí  rebuscando en el cincuenta y dos y ves que no han cambiado tantas cosas. Se inventó el código de barras, si ese que suena cuando salimos de un gran almacén aunque hayas pagado religiosamente. Antes sin código de barras comprendías porque algunos libros y discos salían escondidos en los grandes abrigos de los estudiantes. Ahora son más sutiles: la cultura se baja de internet. Pasan los años pero las cosas no cambian. O si no veamos quién reina en  Inglaterra: La reina Isabel II accedió al trono.
Hoy cantamos bajo la lluvia, porque llueve de verdad aunque cuesta moverse como Gene Kelly en los tiempos que corren. Tampoco debemos estar “solos ante el peligro” como Gary Cooper caminando hacia la estación al encuentro de los forajidos. Fred Zinnemann la dirigió pero en realidad fue el  guionista Carl Foreman quién recordó su situación personal al negarse a brindar información al Comité de Actividades Anti-norteamericanas y pasar a engrosar las listas negras del senador McCarthy .  Estuvo “solo ante el peligro” y a nuestro amigo no podíamos dejarle en el mismo trance.
Deben ser éstos que vivimos tiempos solidarios ante la crisis como los que protagonizaron los habitantes de Villar del Río que confiaron en el Plan Marshall. Allí los americanos pasaron de largo a pesar de la bienvenida que les dio Berlanga. Ahora no han cambiado tanto las cosas y en lugar de a Marshall miramos al Banco Central Europeo  y si me apuran al Fondo Monetario Internacional,  garantes de que no nos vayamos al garete y de paso el euro y toda su parafernalia.
Mil novecientos cincuenta y dos nos trajo  los Juegos Olímpicos, de Helsinky . Este año la cita será en Londres. Hubo liga y ganó el Barcelona. Este año no. Algún cambió tiene que haber porque si no, no harían falta los historiadores.
 No ha pasado el tiempo. Todo se repite. Por eso no son sesenta años. Sólo tres veces veinte.




No hay comentarios: