2/08/2010

CLINT EASTWOOD: De la ficción a la cruda realidad


Clint Eastwood se ha vuelto un poco más blando con los años y no lo digo por Millon Dólar Baby o Gran Torino, sino por Invictus, la última película que ha dirigido y que llegará a las pantallas comerciales, el próximo día 29. En ella, el cineasta estadounidense cuenta con tono emotivo y propenso a la lágrima, las dificultades de Mandela para buscar la reconciliación entre blancos y negros cuando asumió el poder en Suráfrica. El camino lo encontró a través del equipo de rugby. Morgan Freeman y Matt Damon llevan a cabo dos buenas interpretaciones en una película que me recuerda a Evasión o Victoria, o lo que es lo mismo la épica o la solidaridad a través del deporte. El viejo John Huston no debía saber mucho de fútbol, en cambio Eastwood aprovecha los planos cortos para reflejar el esfuerzo y el deseo de victoria de los jugadores , y de esta forma trasmitir la belleza de este deporte que juegan un grupo de villanos que se comportan como caballeros.
Clint Eastwood sería un caballero en el cine que actúa como un villano en la vida real, a tenor de lo que se cuenta en la biografía que escribió Patrick McGilligan en 1999 y que actualizada hasta nuestros días, publica ahora en España, la editorial Lumen.
Tacaño, machista o prepotente son algunos de los más suaves adjetivos que se aplican a uno de los cineastas más valorados del cine actual. Por lo visto Eastwood jamás ha pagado en un restaurante, exige que su productora envíe todos los años a su madre un pavo congelado por el día de Acción de Gracias y lo que es peor, sus amigos son de usar y tirar. Habría que aplicarle aquello de “poderoso caballero es don dinero” y disfrazarle como el avaro de Moliére.
No sé si ambas apreciaciones, la del dinero y la avaricia, se la podemos aplicar a la SGAE que sigue recibiendo criticas desde todos lo sectores por su obsesivo afán recaudatorio. Los penúltimos, los peluqueros de Barcelona que han pedido a sus clientes que se lleven la música de casa, para evitar pagar el canon que les exige la citada Sociedad en caso de que se les ocurra amenizarles, mientras ponen mechas o sacan brillo a los cuatro pelillos de las calvas avanzadas.
Cuidado con las comparsas, los coros y las chirigotas, que ya vienen, no vaya a ser que en cada recodo haya un inspector de la SGAE tomando nota de la letra y encontrando extrañas coincidencias, para hacer caja. Todo esto cuando cada vez hay más voces que piden una reforma de la Ley de la Propiedad Intelectual aunque no hay quórum sobre cómo debe hacerse.
Esperaremos acontecimientos mientras vemos como “El baile de la Victoria”, se ha quedado definitivamente fuera de la lucha por el oscar a la mejor película de habla no inglesa. De las sesenta y cinco que se presentaron quedan nueve, entre ellas dos que hablan español : “El secreto de sus ojos”,del argentino Juan José Campanella
y “La teta asustada”, de la peruana Claudia Llosa. Las cinco finalistas en este apartado, junto al resto de candidaturas, las conoceremos el 2 de febrero.
Y mientras llega y los exhibidores se felicitan por los muchos espectadores que fueron al cine durante 2009, después de cuatro años de caída consecutiva, los mismos empresarios a los que se suman los distribuidores critican el proyecto de ley de cine en Cataluña, por el que se obliga a doblar al catalán la mitad de las copias de cualquier película, salvo las europeas si se estrenan en menos de quince salas. Para ambos sectores la nueva ley no solo afectaría al cine en Cataluña, sino que tendría un efecto pernicioso en toda España y sólo serán rentables los diez grandes títulos comerciales del año.
Y entre tanto guirigay me acerco a la Fundación MAPFRE (Paseo de Recoletos 23) con la inocente intención de visitar la exposición sobre el impresionismo, que permanecerá en las salas de esta fundación hasta el 22 de abril. No hay manera, la cola, en la mañana de un martes, es mayor que la del INEM cualquier primero de mes. Lo digo por si en esos viajes que traen el Altaria a Madrid , se les ocurre visitar una muestra que reúne algunas de las mejores obras del museo D´ Orsay, de París. Noventa lienzos de los más grandes como Manet,Cézanne,Renoir,Monet o Pisarro. Sólo para sus ojos y además, sin pagar un euro.

LA VOZ DE CADIZ .24.01.2010

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