4/27/2009

SED BLANCA


Llevo tiempo sin acercarme a éstas páginas. Boda blanca, familiares de Semana Santa, cursos...Tengo cosas pendientes, escritores que seguro tienen algo que decir, incluso cineastas, libros y películas, pero también pasión por noventa minutos de juego, en que el balón,redondo, esférico es protagonista en tiempos de crisis e incluso de amenazadoras epidemias porcinas.

El fin de semana ha traído triunfos en motos; Nadal, ya casi no es noticia ha vuelto a ganar, y Raúl, tampoco es una novedad ha vuelto a resurgir de las cenizas.

Llevaba unos partidos en que no llegaba al balón.Otra vez, voces pensando en retirarle,pero resulta que llega al Sánchez Pizjuán, uno de los estadios malditos para el madridismo de la última década, y va y marca tres goles. Tres veces, como el que no quiere la cosa, el veterano capitán acallando a la hinchada de Nervión.Tres veces en que el siete , sin aspavientos silenció a todos cuantos en algún momento,hemos dudado de él.

El siete es un número que responde a sus virtudes. Es un siete en todo, salvo en entrega que supera el 10. Raúl, 31 años,volvió a dar una lección de profesionalidad, de inteligencia, y de saber estar jugando de nueve, de delantero centro puro. Da igual que lo pongan a la derecha, en el centro del campo o incluso, si fuese preciso de defensa central, lo da todo y esa rabia y deseo de triunfo que le han convertido en el jugador español en activo con más títulos,...y goles.

Es cierto que el Madrid no está jugando bien, que sus partidos, sobre todo los de casa, resultan soporíferos; pero también es cierto que está ahí ,que sus jugadores, están luchando hasta el final para conseguir mitigar sus carencias a base de esfuerzo.

Y no es que hayan jugado mal en Sevilla, no en absoluto. Después de los primeros veinte minutos en que los sevillanos llegaron con soltura al área blanca, asistimos a todo un repaso futbolístico por parte de los Guti,Higuaín, Lass o Gago.
Se hicieron con el partido y Raúl fue el encargado de apuntillarlos.

Todo esto ocurre a cinco días del clásico. El Barça ha ido dilapidando su renta que llegó a ser de doce puntos. Es cierto, que juegan muy bien,pero también perciben como su eterno enemigo les está echando el aliento en el cogote. Sólo cuatro puntos y cinco partidos por delante.

El sábado habrá fútbol en el Bernabéu. El fútbol de dibujos animados , de play-station contra el podemos que se ha adueñado del Madrid. Un Madrid que sólo puede mirar ya a la Liga, mientras que el Barça tiene unas semifinales europeas y una final de copa en la retina.

Tres posibles titulos para un super-equipo, pero todavía no ha alcanzado la gloria

Recuerdo un Madrid, mucho más modesto, en los ochenta, el de los García (Remón, Cortés, Navajas, Hernández...) que de la mano del entrenador Di Stefano llegó a cinco finales. Fue subcampeón en todas. No consiguió nada, a pesar de la lucha y la entrega de todos los componentes de aquel equipo que estuvo cinco veces al borde del triunfo.

El Barça de Guardiola busca tres campeonatos, y el acercamiento al éxito tiene uno de sus principales actos esta semana. El Madrid dará todo aunque le falte la vistosidad del juego azulgrana. Ya lo ha hecho los dos años anteriores, y posiblemente durante toda su historia.
El sábado,otra vez el partido del siglo.

4/05/2009

BERNARDO ATXAGA DEJA OBABA







Tenía ganas de conocer personalmente a Bernardo Atxaga al que había entrevistado telefónicamente en varias ocasiones. La ocasión surgió la semana pasada nada más regresar de Lleida dónde asistí a la decimoquinta edición de la Muestra de Cine Latinoaméricano, un certamen que sigue siendo un referente de esta cinematografía que siempre suele tener algo que aportar, en estos tiempos en que hay un cine casi plano,salvo contadas excepciones. Intentaré en los próximos días hablar de "El frasco", una deliciosa película argentina que se estrenará comercialmente en España a mediados de este mes de abril.Pero,como digo, mi propósito fue conocer a Atxaga que ha viajado muy lejos de su País Vasco natal para buscar nuevos territorios literarios.
Bernando Atxaga se fue al desierto de Nevada para dejar atrás el mundo imaginario de Obama y escribir sobre el Congo belga de principios del siglo XX. Durante un año el escritor se ha apartado radicalmente de su ambiente y ha viajado al Lejano Oeste, un lugar completamente diferente, solitario, con desiertos y sierras, en que poco a poco fue concibiendo la novela que ahora publica “Siete casas en Francia” (Alfaguara).
Deseaba-nos dice-dejar Obaba y marchar a otro sitio. Quería recuperar voces de mi juventud y por eso busqué un lugar donde aislarme. De repente hay un mundo que ha cesado. Quedan libros como Obabakoak”, “El hombre solo”, El hijo del acordeonista” pero ahora me siento más ligero, es como si me hubiera hecho un poco de espacio dentro y pudiera empezar a escribir de otros temas.
Siete casas en Francia”, es una novela de aventuras, con personajes reales, de carne y hueso, aunque, por otro lado- matiza,-es una obra satírica con la que he pretendido mostrar en que mundo estamos.
La narración nos sitúa en la ciudad congoleña de Yangambi, en 1903, cuando estaba bajo dominación de Leopoldo II, rey de Bélgica. Durante su mandato fueron masacradas millones de personas y la historia apenas hace referencia a aquellos hechos. Nadie-dice el escritor-se atreve ahora poner a una calle el nombre de Adolfo Hitler; en cambio Leopoldo II tienen monumentos, avenidas o palacios que le recuerdan. Hay crímenes de los que no se habla y debemos ser conscientes de que tierra pisamos”.
Atxaga es un hombre que ama la literatura desde niño. En la entrevista hay continuas referencias a escritores como Jonathan Swift,Luis Cernuda Elias Canetti,Bertolt Bretch,Mark Twain, a los que cita agradecido porque tanto ellos como las gentes de la calle forman parte de su mundo literario.
A mí me ha pasado en la vida -dice convencido-que, en general, no dejo escapar una frase, una reflexión o un cuento que me ha gustado. Una vez que he oído algo interesante, cojo esa frase y le doy mil vueltas. En esta ocasión me pasó con una frase de Roland Barthes: “la última cosa que le queda a la poesía es el humor”.
Hay humor y ese tono satírico al que aludía el novelista, pero también hay más violencia que en sus anteriores novelas.”Sí, hay más violencia , pero es una violencia que casi brilla por su ausencia. Para mí no es lícito recrearse en ella..Detesto la violencia y los violentos, desprecio el mundo brutal y por eso ni me regodeo, ni lo subrayo, solo dejo constancia de que actúa, de que en la sociedad en que vivimos hay una mano cruel”
En la nueva novela de Atxaga hay personajes brutales como el ex legionario, Cocó ;el militar y poeta Lalande Biran o el servil Donatien. Todos reflejan el lado más atroz del ser humano. También está Chrysostome Liége, un personaje enigmático que fue el primero que tomó cuerpo en la novela. “Me gusta ir del personaje al tema. Yo estaba escribiendo la novela de la nieta de Chrysostome y acabó surgiendo Siete casas de Francia”. Algunos de los personajes están sacados de la realidad. Por ejemplo Lalande, que violaba a las vírgenes para no contraer la sífilis y posteriormente escribír apasionados poemas de amor a su mujer, se sustenta en el relato que le hizo de un caso similar el hijo del asistente de un capitán en Marruecos. El hecho-continúa el escritor-es tan brutal que intentamos personalizarlo como caso único y sin embargo, tengo la sospecha de que ha ocurrido a lo largo de la historia y en cualquier parte. Es un personaje simbólico, metafórico que es la base oscura y terrible sobre la que se mueve este mundo.Bernardo Atxaga se siente satisfecho de su experiencia en la universidad de Reno en Nevada y de su trato durante un año con indios paiutes, navajos o cheyenes.Se produce un choque poético. La imagen que tienes en la mente, viéndote en tu infancia y juventud en un cine de Tolosa (Guipúzcoa) con indios, tiendas, humo y caballos , y de repente verlos allí frente a frente. Hay dos paisajes el que tienes en la mente y el que estás viendo. Yo la verdad he tenido un cierto rejuvenecimiento con aquellos recuerdos.
Ha pasado más de media hora desde que iniciamos la conversación en un hotel madrileño .En este tiempo Bernardo Atxaga ha desgranado las claves de su nueva novela y ha reafirmado su amor por la literatura, y lo mucho que le debe al escritor bilbaíno Gabriel Aresti al que siempre ha considerado su maestro. “Para mí-termina- es lo que llaman los ingleses el espíritu que preside mi trabajo. Siempre lo he dicho, siempre lo tengo en cuenta y nunca lo olvidaré.Fue una suerte haberme cruzado con él cuando tenía 20 años. Creo mucho en los cruces y fue decisivo cruzarme con Gabriel Aresti en Bilbao.

Tan decisivo que este escritor afable, que mira de frente, es hoy el más conocido de los que escriben en euskera.-la lengua de un país que no se ve en el mapa- y que desde que obtuvo numerosos premios con Obabakoak, su obra literaria sido traducida a veintisiete idiomas de todo el mundo.